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Una quincena de pilotos y técnicos de mantenimiento de la compañía Futura, con sede en Palma y cerrada por quiebra, han comprado la aerolínea canaria Calima, que hasta el pasado mes de noviembre solamente disponía de la licencia para transporte de carga y servicios de pasaje. «Al obtener el pasado 18 de noviembre el permiso de Aviación Civil para el transporte de pasajeros, decidimos entrar en el capital y hacernos cargo de su gestión para iniciar este proyecto empresarial», indica el gerente de Calima, el mallorquín Javier Cabrera.

«Tras haber capitalizado la empresa, contamos con un contrato de seis meses para colaborar con otras aerolíneas. Es la única manera de empezar, ya que no podemos aún hacer rutas con Europa porque no tenemos capacidad, pero nos abre la puerta para hacerlo el próximo verano», puntualiza su gerente.

El hecho de que este grupo de pilotos y técnicos de mantenimiento mallorquines se hayan decantado por Canarias, «es porque con Calima disponemos de mayor cobertura, ya que en el archipiélago canario hay más carencia de aviones», puntualiza.

De momento, Calima es una opción más para Canarias, «porque se trata de una compañía muy flexible, muy pequeñita y con unos costes muy bajos».
Con base en Gran Canaria, Calima ofrecerá de momento servicios de «wet lease», es decir, ofertará su Boeing 737 a aerolíneas que, por razón de repuntes en su demanda o averías en sus naves, necesiten un avión. Calima tiene previsto incorporar su segundo avión en 2010.

«El hecho de que nos hayamos metido en este proyecto, se fundamenta en nuestra experiencia. Futura fue pionera en abrir nuevos nichos de mercado y de prestación de servicios, que es lo que queremos realizar con Calima», indica Javier Cabrera, que al igual que sus compañeros, todos ellos de entre 38 y 42 años, llevan en el mundo aéreo más de dos lustros.