El obispo de Mallorca, Jesús Murgui, tuvo ayer unas palabras para las personas y familias necesitadas de Balears que están sufriendo la crisis económica que «no deja a ninguno indiferente, ya que queda mucho trabajo por sacar adelante».
Con este recordatorio, Jesús Murgui celebró un año más su onomástica en el Palacio Episcopal. Como el día 3 (fiesta del Santísimo Nombre de Jesús) era domingo, el acto se pasó al lunes.
Además, para poner «su granito de arena», Murgui volvió a donar, como gesto simbólico ante la crisis económica, el dinero que debía ser destinado al almuerzo de su aniversario a Cáritas Mallorca.
El obispo de Mallorca no quiso dejar pasar la ocasión de recordar que esta época está atrayendo a más gente a los actos de la diócesis. En este sentido, apuntó que las celebraciones de Navidad en la Seu han sido «un auténtico éxito» por la cantidad de personas presentes.
De cara al trabajo para el 2010, Monseñor Murgui anunció que el 10 de enero es la fecha para reiniciar la visita pastoral por diferentes poblaciones de Mallorca con el objetivo de reunirse con los Consell parroquiales y económicos de la Isla. Estuvieron presentes el Consell Episcopal, seminaristas, trabajadores del obispado, delegados diocesanos y feligreses. Monseñor Lluc Riera, vicario general y moderador de la Curia, fue el encargado de felicitar al obispo en nombre de todos los invitados.
Una felicitación musical por parte de los asistentes y un vino dulce con pastas pusieron punto y final al acto en el Palacio Episcopal.
1 comentario
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El problema que tiene Murgui es que ha se ha rodeado de las personas más inútiles de la curia sólo porque le hacen la pelota. No mira si són validos para los puestos que los ha nombrado. Muchos no tienen la capacidad ni la formación adecuada para estar en los sitios que están. Hasta una parroquia les vendría grande. Le gusta mucho que le besen el culo, y por eso habla de división de curas en nuestra tierra, porque hay gente que va con la verdad por delante y otros que se pasan el día buscando el obispo para hacerle la pelota de mala manera. Y para él estos últimos son los buenos. No se puede hacer tanto daño en tan poco tiempo. Ningún obispo había conseguido dividir tanto a los sacerdotes y al pueblo por su dejadez y sus formas. A los que van con la verdad por delante los destierra a parroquias menores o bien lejos de Palma para que sus palabras no lleguen a mucha gente. A su camarilla bien cerca. Murgui veste´n ja pel bé de la nostra església diocesana