Las rebajas comenzaron tímidamente. La lluvia persistente hizo que los compradores acudieran de forma escalonada. | Jaume Morey

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Las rebajas de invierno arrancaron ayer con grandes descuentos y marcadas por la lluvia, que benefició a las grandes superficies y perjudicó al pequeño y mediano comercio, según informaron las patronales del Afedeco y Pimeco y empresas como El Corte Inglés.
El presidente de Afedeco, Bartomeu Servera, indicó que si bien el frío favorece las ventas de los comerciantes, la lluvia registrada ayer restó clientes al sector. En todo caso, Servera calificó esta situación de «anecdótica» y confió en que la afluencia de público aumente durante el fin de semana. El presidente de Afedeco indicó que los descuentos oscilan entren un 40 y un 60 por ciento, de media.
El presidente de la patronal Pimeco, Bernat Coll, indicó que las expectativas del sector son de una caída de ventas de entre el 8 y el 10 por ciento respecto al año anterior debido a la situación económica. A nivel de 'stocks', Coll informó que los comerciantes han provisionado menos productos debido a la crisis por lo que recomendó a los consumidores a acudira las tiendas durante las primeras semanas de rebajas en caso de buscar productos concretos.
Por el contrario, desde El Corte Inglés informaron de que el primer día de rebajas fue «excelente» en afluencia de ventas y de público y confiaron en que se mantenga la tendencia al menos durante el fin de semana.
Ayer comenzaron las rebajas de invierno. Día señalado para muchos compradores que prefieren «guardarse» los regalos de navidad para comprar más cosas y más baratas; y para los comerciantes que ven en esta campaña una salida para todo el stock de invierno que no se ha vendido debido al caótico invierno que hemos vivido.
La lluvia hizo que los compradores acudieran de forma escalonada y a las 10 de la mañana El Corte Inglés de Avenidas funcionaba a medio gas. «Más trabajo, más curiosos y más caja que un día normal, pero ni de lejos en comparación con otros años», aseguraba una dependienta de este centro.
En la calle Sindicat el protagonismo lo tenían los carteles de descuento y los paraguas. Allí nos encontramos con Apol·loni, sus dos hijas y tres nietos que vienen, como cada año, desde Santa María a pasar el día «para ver que encuentran». «Venía con mi marido y las niñas; ahora vengo con ellas y los nietos, es una tradición, pero este año venimos más a mirar que a comprar, puede que esperemos a finales de mes para gastar», aseguraba sonriente.
Julia, dependienta de una tienda de zapatos no sonreía tanto. «El invierno ha sido malo y nadie sabe qué decir de estas rebajas. Ya veremos qué pasa con nosotros si no mejora la cosa», aseguraba.