Tenían las botellas de champán preparadas por si la actriz Anne Hathaway o el presidente de la Academia de Hollywood, Tom Sherak, citaban ayer a La dama y la muerte entre las nominadas al Oscar al mejor cortometraje de animación. El mallorquín Juan Miguel Vadell Sastre (Palma, 1979) es uno de los animadores de esta producción de Kandor Graphics, que dirige el español Javier Recio Gracia, y que seguía el acto a través de Internet cuando les sorprendió la noticia. «Esta nominación es lo máximo», reconocía.
El animador palmesano es el responsable de regalar el alma a cada personaje de La dama y la muerte. «Me llega en 3D, pero sin vida. A partir de los diálogos y de la personalidad que se le quiere dar a cada uno, los voy animando, hago que vayan actuando, que gesticulen...que tengan alma», explica.
Vadell Sastre, licenciado por la UIB en Ingeniería Técnica de Comunicaciones y formado en el máster MA ISCA en 2004, asegura que formar parte de este equipo «es un premio. Después de la licenciatura, empecé esta carrera de animador y, desde entonces, me he esforzado en demostrar que esta decisión que tomé era la acertada. Con la animación he conseguido hacer y trabajar en lo que más me gusta y al máximo nivel».
Banderas
El animador del primer cortometraje español que opta a la estatuilla se encontraba ayer con el equipo de Kandor digiriendo esta nominación mientras que Antonio Banderas, productor de la película, se sumaba a la celebración desde Los Angeles por videoconferencia. «Teníamos esperanza en salir nominados, pero era complicado», confiesa el mallorquín que estrenó su carrera con la producción y dirección de La opresión.
La dama y la muerte
es una modesta pero ingeniosa e innovadora película que narra, en 8 minutos y 20 segundos, la lucha entre un arrogante médico y la muerte por salvar la vida de una anciana. Esta historia tendrá como competidores a grandes de la industria. «Algunos de los seleccionados suman ya cuatro estatuillas», apuntó Vadell.
El dibujante mallorquín inició sus 'pinitos' en la animación profesional en Barcelona en varios estudios de series de animación para televisión y, más tarde, viajó a La Coruña. Esta fue su última escala antes de pisar Granada y entrar en Kandor, donde ya recibió el Goya por El lince perdido.
Vadell es uno de los animadores mallorquines que están haciendo carrera fuera de las Islas. «En Mallorca hay mucho talento, ahí está Daniel Peixe, entre otros, pero hace falta industria, la cadena de montaje». Pese a ello, su objetivo a largo plazo «será volver a Mallorca y montar un estudio», comparte este candidato al Oscar que afirma que «en la Isla no hay empresas que se dediquen a la producción de películas de animación, sobre todo, a este nivel». Al de los Oscar.
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