Imagen tomada en el Museu de Mallorca en 2008 de una de las salas con materiales arqueológicos tal como se la encontró Palou en 2002.

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Su «gestión es buena y sólida» y «se ciñe escrupulosamente al cumplimiento de la ley, tanto en la asignación de los trabajos como en los criterios de entrega de los materiales de las excavaciones arqueológicas». Así resume el Ministerio de Cultura el trabajo de Joana Maria Palou como directora del Museu de Mallorca -institución de la que está al frente desde octubre de 2002-, tras una auditoría realizada después de que la Secció d'Arqueologia del Col.legi de Llicenciats denunciara su gestión ante la Conselleria de Cultura del Govern. La auditoría también concluye que un «50% de los fondos del museo están sin catalogar desde hace décadas» y una de las causas que aduce es «la falta de personal».

Los resultados de la inspección, que llevan en la Conselleria de Cultura del Govern desde el pasado mes de febrero, fueron dados a conocer ayer por Pere Joan Martorell, director general de Cultura, aunque de forma resumida, porque, según argumentó, el «informe es interno». Elaborado por la Inspección General de Servicios del citado ministerio, en él también se concluye que, cuando las competencias de Cultura pasaron del Estado al Govern balear, los sucesivos Ejecutivos «no cumplieron el convenio» por el que «la Comunidad Autónoma debía dotar de personal al museo». Actualmente, confirmó Martorell, hay «27 plazas creadas para el museo pero sólo 19 están dotadas». Cabe recordar que el museo es de titularidad estatal y gestión del Govern.

Los fondos del museo «están dispersos» en «una veintena de espacios», tanto del propio museo como en almacenes externos, lo que genera «descontrol» de los mismos», dice el informe. Por tanto, ante la denuncia de los arqueólogos de que Palou había «perdido» piezas del museo, Martorell afirma que «esas piezas no se pueden identificar porque puede que se encuentren entre la multitud de cajas en las que están los fondos».

Frente a esto, cabe recordar que Palou comenzó hace unos años la catalogación de los materiales arqueológicos del museo y creado lo que en el lenguaje museístico se denomina salas de reserva.