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«Rectificar es de sabios», así de sincero se mostró el regidor del Àrea d'Infraestructures del Ajuntament de Palma, Francisco Donate, durante la presentación del proyecto que permitirá recuperar y restaurar el puente del Torrent del Mal Pas en la calle Robert Graves, que lleva cerrado desde diciembre de 2008 debido a su mal estado.
En un principio, el Ajuntament decidió derribarlo debido a los informes técnicos que señalaban su mal estado debido a la rotura de una canalización de Emaya que propició la degradación de la estructura. «El puente Robert Graves no estaba catalogado y, según los informes, no tenía valor, por lo que decidimos derribarlo, quizá de una manera precipitada», aseguró Francisco Donate.
Tras conocerse esta noticia, entidades como ARCA y vecinos del Terreno y la Bonanova comenzaron una campaña para su «salvación» que llevó al Consell de Mallorca en julio de 2009 a catalogarlo como elemento protegido y a Cort a buscar una solución nueva, que ha pasado por la rehabilitación y restauración de este puente centenario gracias a una solución pionera en Mallorca ideada por ingenieros de la Universidad de Alicante.
Así, las obras de restauración comenzarán en un par de semanas con un coste de 550.000 euros financiados por el Plan E y consisten en la creación de «un nuevo esqueleto» del puente que lo preserve y, además, permita ampliar los accesos a los barrios circundantes y el paso, ocasionalmente, a camiones de más de 5 toneladas.