Munar ha ejercido su voto como presidenta del Parlament para que salga adelante la reprobación. | Jaume Morey

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El pleno del Parlament balear ha reprobado a tres consellers del Govern por el retraso del pago de ayudas a entidades sociosanitarias, a propuesta del grupo popular y con el voto a favor de la presidenta de la Cámara, Maria Antonia Munar, y la abstención de los otros dos diputados de Unió Mallorquina (UM).

El de hoy ha sido el tercer pleno del Parlament de las islas celebrado tras la expulsión de los miembros de UM del Govern balear, decisión tomada por el presidente socialista, Francesc Antich, el pasado 5 de febrero a raíz de los casos de corrupción en los que están implicados algunos de los miembros del partido nacionalista.

Desde entonces, el PSOE gobierna en minoría en Baleares con el Bloc, y los tres diputados de UM ejercen su libertad de voto en la Cámara balear.

La división de opiniones entre los diputados ha obligado hoy a votar por separado tres de los cinco puntos de la moción presentada por el grupo popular, entre exclamaciones procedentes de los escaños del PP de «*dónde está la mayoría?»

En su defensa de la moción, el diputado del grupo popular Antoni Serra ha acusado al presidente Antich de haber incumplido su promesa de que la crisis económica no afectaría a los servicios sociales y ha asegurado que en este ámbito «llegan menos ayudas o más tarde».

Serra ha culpado de los retrasos en el pago de ayudas a los consellers de Asuntos Sociales, Promoción e Inmigración; Economía y Hacienda; y Salud y Consumo -Fina Santiago, Carles Manera y Vicenc Thomas, respectivamente- y ha pedido su reprobación, en un punto por el que Munar ha votado a favor, y los diputados de UM Josep Melia e Isabel Alemany se han abstenido.

Parte del grupo parlamentario mixto (Eivissa pel Canvi), así como el Bloc y el grupo socialista han rechazado la reprobación de los tres consellers.

En este sentido, el diputado socialista Miquel Angel Coll han acusado al grupo popular de haber presentado una moción demagógica.

Coll ha admitido «ciertos retrasos en los pagos de determinadas cantidades» por parte del Govern y los ha atribuido a «problemas puntuales de liquidez» derivados de la reducción de un 30 por ciento de los ingresos.