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Dos proyectos de Ley del Suelo con un origen común, un texto redactado por Bartomeu Vicens y aportado por UM a los partidos que formaron el Govern en 2007, han sido enviados al Parlament: el primero, hace dos días, a instancias de Unió Mallorquina; el segundo, ayer, tras ser aprobado por el Ejecutivo. Ninguno de los dos tiene la seguridad de que vaya a ser aprobado en los que queda de legislatura. La polémica está servida.
El texto que aprobó el Govern es más restrictivo que el de UM. Así lo reconoció el conseller de Mobilitat, Medi Ambient i Territorio, Biel Vicens, que insistió en que caben todas las posibilidades de negociación, pues no es un texto cerrado. Este proyecto es fruto de más de dos años de discusión y debate, amplía parcelas para construir en rústico y establece más formas de control. Deja la ordenación del territiorio, y las polémcias áreas de reconversión, en manos de los consells.
El Govern pone especial interés en que se regule la participación de la ciudadanía en las políticas territoriales y urbanísticas y, por ese motivo, la ley «garantiza un acceso a la información activo por parte de los ciudadanos» proporcionando «gran parte de la información» en Internet para que se pueda consultar siempre que se desee.
Una novedad en cuanto a la clasificación del suelo es que «el concepto de suelo urbano se restringe» para evitar la posibilidad de crear suelos «falsos urbanos».
También se prevé más protección para el suelo rústico y la la preservación del entorno.