Revetla de Sant Joan. | S. Amengual

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Como manda una tradición que se remonta a tiempos ancestrales, tanto en Balears como en diferentes puntos de España y buena parte de Europa, miles de personas participaron en la celebración de la Nit de San Joan e 'invadieron' las playas de buena parte del litoral de Mallorca. Lógicamente, Palma aglutinó el grueso de una celebración en la que se produce una perfecta simbiosis entre los aspectos festivos y mitológicos.

El eje de la Nit de foc , Nit de les bruixes o Revetla de Sant Joan , como se denomina en Balears a esta noche tan especial, lo constituye el fuego purificador para ahuyentar los malos presagios y afrontar con la fuerza del sol el cálido verano. Tradicionalmente, la Nit de Sant Joan , que se asimila al solsticio de verano (la noche más corta del año) aunque este hecho se produce realmente la noche del 21 de junio, es sinónimo también de fiesta y bulla. Es una buena oportunidad para que amigos y familiares pasen una velada de diversión y fiesta a orillas del mar y en torno a una hoguera. También es una noche mágica, en la que el ritual de las velas y las ofrendas de flores que son lanzadas al mar son los elementos necesarios para que se cumplan los mejores deseos.

En Palma, los actos de la Revetla de Sant Joan estuvieron, como en ediciones anteriores, organizados por la Federació de Veïns y tuvieron como principal escenario el Parc de la Mar, a los pies de la Catedral y con el mar de fondo. El programa de actos, a los que el pasado año asistieron más de 10.000 personas, comenzó a las 21 h oras con ball de bot a cargo de Sonadors dels Viut Vents (Sineu), que durante una hora amenizaron la noche con su música. Acto seguido, Miguel Angel 'Llonovoy' pronunció el pregón de fiesta cargado de ironía y una mordaz crítica a la actual situación económica ('el año que viene no tendremos ni para pagar la megafonía'), así como a los casos de corrupción que han sacudido Palma en los últimos meses.