La presidenta de Unicef en las islas, María Antonia Caimari, ha explicado que la ONG padece en estos momentos una escasez de fondos «muy importante» para hacer frente a la situación y que la provisión de agua potable y el saneamiento adecuado son «clave» para la supervivencia de los afectados por el siniestro, por lo que la prioridad es, ha dicho, aumentar los recursos económicos en toda España mediante una primera fase de «emergencia» para llevar a cabo las labores de reconstrucción.
Con esta finalidad, la ONG ha abierto tres cuentas corrientes en distintas entidades bancarias que operan en las islas para que sus socios, simpatizantes, colaboradores y otras instituciones hagan donaciones para poder contribuir a la restitución de la normalidad en el país asiático afectado por la catástrofe. Según Caimari, a las 14.30 horas ya se habían realizado las primeras aportaciones, lo que demuestra, en su opinión, que «la gente en Baleares es muy solidaria y siempre tiene respuesta, y más con los niños».
Suministros
En este sentido, ha señalado que los donativos que reciba la organización durante los próximos días (que, a su juicio, son «críticos") se destinarán a aumentar el suministro de agua para beber y asearse, ya que actualmente la entidad atiende a unas 800.000 personas por lo que se refiere a este aspecto, si bien pretende alcanzar los 1,5 millones en una semana con el fin de superar los seis millones a largo plazo.
Asimismo, se distribuirán galletas energéticas y proteicas entre los niños desplazados, que actualmente superan los 7,5 millones, con el objetivo de evitar su malnutrición y, por tanto, el contagio de enfermedades, que, dadas las circunstancias, podrían derivar en brotes epidémicos.
Por otra parte, Caimari ha remarcado que la organización repartirá también 'kits' de higiene con antisépticos y medicamentos básicos para combatir las condiciones de insalubridad derivadas de las fuertes lluvias. En este punto, cabe señalar que Unicef ha construido campamentos médicos en la región afectada por el monzón con capacidad de atender a cerca de un millón de personas.
Ante esta situación, la presidenta autonómica de la entidad ha destacado que la primera semana resulta «importante» para evitar que el número de muertos y enfermedades se dispare, por lo que a su juicio es «importante» también que la gente responda «en las primeras horas» para evitar que los efectos de las inundaciones vayan en aumento.
Segunda fase
Una vez cubiertas las necesidades básicas de la población (salubridad, comida y agua potable), Unicef iniciará en un mes la segunda fase del proyecto de intervención en Pakistán, que consistirá en el trabajo necesario para que los niños afectados vuelvan a la normalidad y retomen su vida anterior al siniestro.
Así, la organización trabajará para que los menores vuelvan a la escuela, y, en caso de que ésta haya sido destruida por el lodo, procederá a la reconstrucción de los centros y de las ciudades y poblados, así como de los demás equipamientos básicos, como los hospitales o los pozos.
No obstante, Caimari ha reconocido que ésta es una fase que por el momento «no se contempla» porque la situación es todavía «crítica» y la prioridad es combatir las epidemias. Además, las inundaciones han destruido construcciones que la entidad había edificado mediante las donaciones que percibe, por lo que deberá actuar de nuevo en este sentido para restablecer la normalidad lo antes posible.
Por el momento, son más de 20 millones las personas afectadas por las inundaciones según el Gobierno de Pakistán, si bien la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha asegurado que al menos 15 millones de personas se han visto «seriamente afectadas», de las cuales la mitad son niños. Con todo, el representante de Unicef en el país afectado, Martin Mogwanja, ha apostillado en un comunicado que, en estos términos, la emergencia «es mayor que la del tsunami, Haití y el último terremoto de Pakistán juntas».
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.