Imagen captada ayer de una de las habitaciones de Son Dureta. | M. À. Cañellas

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Los pacientes que ayer pasaron la última noche en Son Dureta se mostraron absolutamente confiados ante el traslado que tendrá lugar hoy al nuevo hospital Son Espases.

Es el caso de Rafael Arlés, que el viernes fue ingresado y permanece en fase de diagnóstico: «Confío en los médicos y entiendo que es complicado mover a los enfermos, pero pienso que todo irá bien», decía Rafael Arlés.

Este paciente no conoce Son Espases, con todo aseguró que debe estar bien «con el dineral que ha costado».
Arlés fue ingresado una vez en el Hospital Virgen de Lluc, pero nunca antes había estado en Son Dureta. Para él será la primera y última vez en Son Dureta.

María del Mar Crepillo, ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos el pasado domingo 12 de diciembre, ayer más tranquila y en planta, manifestó estar informada y confiada ante el cambio de hospital.

Acompañada de su familia aseguró que «da pena» dejar el Son Dureta: «El trato ha sido extraordinario, la gente se ha portado muy bien conmigo... Son muchos años contando con este hospital, de hecho aquí tuve a mis hijos...»

Durante estos días, María del Mar ha visto al personal sanitario hacerse fotos, brindar: «Ellos también se emocionan por la despedida», comentaba.

El doctor Ramón Vidal mostró ayer su confianza en que el traslado se lleve a cabo con normalidad: «Hemos tenido muchas y puntuales reuniones y está bastante bien planificado, hecho que no implica un periodo de adaptación con todo lo que esto conlleva, pero no deja de ser normal», explicó.


Historias no clínicas

Ramón Vidal afirmó que «con todo el trajín que supone el traslado, no hemos tenido tiempo de despedirnos de Son Dureta».
Por esta razón, ayer noche unos cuantos profesionales de la sanidad se reunieron para recordar las numerosas historias que dejan atrás con este cambio.

«Es como pasar un periodo de duelo, al fin y al cabo es una pérdida», contaba Vidal. Vidal entró como residente e hizo la especialidad en Son Dureta de 1978 al 1982. Más tarde se trasladó al Hospital General y en 2003 regresó a Son Dureta.
«La residencia es un periodo muy importante, no olvidaré nunca este hospital».