Imágenes de El Cairo grabadas por una familia mallorquina. | Cirilo Mota

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Una familia mallorquina, compuesta por cinco miembros y recién llegada de Egipto, todavía recuerda con cierto temor las tres jornadas que tuvieron que vivir en la capital cairota a finales de enero, en medio del caos generalizado y desprotegidos, en los que llegaron a temer por su vida.
Cirilo Mota, que estuvo acompañado en el viaje por su mujer Manuela, su hijo José Luis, su nuera Chary y su nieta Geray, afirmaba ayer de forma tajante: «Estuvo en peligro nuestra vida en el hotel en que estuvimos alojados en El Cairo, el Sheraton, ya que los manifestantes, con palos y machetes, entraron al hotel el sábado (día 29) y nos vimos obligados a encerrarnos en la habitación para evitar males mayores. Tuvimos miedo, porque pensamos que iban a tirar la puerta, como así hicieron en otros hoteles, como en el Hilton. La verdad que fue horrible y una experiencia difícil de poder olvidar».
Inseguridad
El via crucis de la famila Mota comenzó al final de su crucero por el Nilo, ya que en Aswan ya vieron que había manifestaciones, pero nadie de la organización les indicó qué estaba pasando. El viernes 28, tal y como estaba previsto volaron al aeropuerto de El Cairo, pero en la hora que llegaron ya se había decretado el toque de queda, «por lo que tuvimos que dormir en el suelo del aeropuerto (ver imágenes adjuntas) sin ninguna ayuda consular, pese a que la solicitamos. Unicamente, los representantes del mayorista Travelplan nos informaron de todo y nos dieron comida y bebida, pero estaba claro que los cuatro días en El Cairo, como así teníamos contratado, no iban a ser normales».
Mota añade que el traslado del aeropuerto al hotel «fue muy desagradable, porque nos tiraron piedras durante todo el trayecto. Ya en el hotel sucedió la invasión, pero menos mal que en una de las llamadas a la oración llegaron los de seguridad del hotel y pudieron evitar la entrada de más manifestantes».
Reconoce que en estos momentos Egipto, «es un país inseguro y no recomiendo a nadie que vaya hasta que se calmen las cosas. Al final no nos pasó nada, pero la experiencia vivida en El Cairo ha sido muy desagrable. Tanto por el trato nulo de los representantes consulares como por el miedo que pasamos en el hotel y el caos más absoluto que vivimos en el aeropuerto».