Un grupo de pasajeros hace cola en Son Sant Joan por la huelga de controladores. | JOAN LLADO
Palma19/10/11 0:00
Hoteleros de Palma afectados por la huelga de los controladores aéreos del pasado Puente de la Constitución han interpuesto diversas demandas en los juzgados de los civil contra ese colectivo, en reclamación de las pérdidas millonarias que les ocasionó el abandono masivo de sus funciones por parte de los profesionales que dirigen el tráfico aéreo.
4 comentarios
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PARA MI ESTA BIEN EL PARO DELOS CONTROLADORES , Y DICE QUE EL GOBIERNO QUE ESTAMOS EL PRIMER MUNDO Y ESTAMOS BIEN EN ESPANA ,JAJAJAJA,
Eso está muy bien, pero añado, deberían interponer otra demanda contra el Ministerio de Fomento, con Pepiño a la cabeza por no saber (o no querer) gestionar y negociar dicha crisis.
CAMILO CELA quise escribir, que era sobrino de Don Camilo José Cela Trulock e hijo de Don Jorge, hermano del premio Nobel.Era quien en su academia decía quien podía ser controlador aéreo en España,un privilegio que no tenía precio. Está incurso en presunto delito de sedición en calidad de cabecilla y se le puede aplicar el artículo 20 y siguientes de la Ley Penal y Procesal de Tráfico Aéreo. (Ley 209/1964). En Internet está el texto al alcance de cualquiera.
Los controladores aéreos se creían como en la leyenda del Titanic que ni Dios podría hundirlos y le echaron un pulso al Estado, prepotentes,exigiendo que se conservaran sus privilegios feudales como dueños de los castillos de los caminos o rutas del cielo. Volaron el Puente de la Constitución dejando a los pasajeros en tierra o haciendo pasillo en los aeropuertos. Tuvieron un comportamiento infame, pero cuando Camilo José Cela regresó en el automóvil oficial del secretario de Defensa a Torrejón de Ardoz, la cara le llegaba hasta las rodillas, porque sobre una mesa había visto la documentación necesaria y exacta para embargar propiedades y bienes a los tres cabecillas de la sedición.Para colmo, ellos tan listillos, resulta que les pueden aplicar incluso una Ley de Navegación Aérea promulgada en pleno auge del franquismo y que sigue en vigor.