La llegada habitual de carne de fuera con estándares de calidad y a precio competitivo dibuja un futuro con un único «escorxador» en Mallorca | Pere Bota

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En este caso no es cuestión de calidad sino de cantidad. Al cabo de los años la cabaña ganadera de Mallorca no alcanza para justificar cuatro mataderos en la Isla, a la que llegan cada día por barco camiones frigoríficos con carne de suficiente calidad que se venderá a buen precio. Está a punto de cerrar el «escorxador» de Palma, cuya actividad se dividirá sin mayores problemas en Manacor, Inca y Felanitx.

Los accionistas de la sociedad gestora del matadero palmesano llamada CarnIlla -la empresa pública Semilla, del Govern, con el 49,5%; el Ajuntament de Palma (26,5%); Piema S.A. (9,84%); Camp Mallorquí (7,28%) y Mercapalma (6,89%)- han decidido no aportar más capital para sanear sus cuentas. Para evitar la disolución hacía falta una inyección de capital entre 1,1 y 1,8 millones. En su opinión unánime, no merece la pena.

Sin futuro viable

Comparte esa opinión Juan Sastre Papiol, ingeniero agrónomo de muy amplia experiencia en toda la cadena de producción de ganado para consumo humano, y gerente del matadero de Palma desde que hace once años pasó de la gestión privada a una mayoría accionarial de instituciones públicas.

«La realidad sobre la explotación de los mataderos -explica-, es que siempre han perdido dinero por una lógica interna querse compadece con la realidad. En un primer ciclo tenían que ser municipales y prestar un servicio en las ciudades, y eran deficitarios pero se asumía como coste social; pasaron luego a manos privadas, como este de Palma, y tras varios ejercicios desastrosos en lo financiero fue necesario retornar al mantenimiento público que hoy, en medio de la crisis, tampoco es viable por su déficit».

Crianza y producto final

Según Sastre, «el intento loable de las autoridades políticas en el año 2000 para mantener en el matadero de Palma el sacrificio de una demanda de hasta dos terceras partes del ganado de engorde que se producía en Mallorca para su comercialización era admisible entonces, pero no lo es a fecha presente, y por es lógico que adopten soluciones».

Para los especialistas en la materia, el futuro de los mataderos en la Isla está definido. En apenas una década, lo normal es que quede abierto solo uno de ellos. porque no habrá más demanda local. «Hoy -indica Sastre-, se sacrifica bastante menos de la mitad que hace diez años, de manera que es inútil participar en el negocio si el ganadero no tiene además en sus manos la cadena completa de crianza y venta».