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El médico del aeropuerto de Palma que atendió a nueve controladores durante el puente de la Constitución de 2010, cuando se produjo el cierre del espacio aéreo, ha afirmado hoy al juez que presentaban un estado ansioso y por ello les diagnosticó tranquilizantes.

Este y otros dos médicos que atendieron a los controladores durante el citado puente han declarado hoy como testigos ante el Juzgado de Instrucción 1 de Palma, que tramita las diligencias abiertas a raíz de varias denuncias por el abandono de sus puestos de trabajo, lo que causó el cierre del espacio aéreo.

Uno de estos médicos es el que estaba de servicio en Son Sant Joan el 3 de diciembre, cuando se produjo el absentismo masivo de los controladores aduciendo problemas de ansiedad a raíz de un decreto del Gobierno regulando sus condiciones laborales.

Este profesional ha dicho que los controladores a los que atendió, nueve en total, presentaban un estado ansioso y les recetó tranquilizantes después de hacerles una exploración física y escuchar su versión de los hechos.

Ha explicado al juez que todos los controladores estaban bastante nerviosos y que empleó entre 10 y 15 minutos en explorar a cada uno de ellos.

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Esta situación, ha dicho, nunca se había producido antes en Palma y ha añadido que no indagó en la causa de su ansiedad, sino que se limitó a escuchar lo que decían y no preguntó.

Los otros dos médicos que han declarado hoy como testigos son el responsable de prevención de riesgos laborales de Aena y el responsable de salud laboral del centro de control de Palma.

Ambos han explicado al juez que los controladores presentaban síntomas de ansiedad y nerviosismo, aunque uno ha reconocido que estas dolencias se pueden simular y ha añadido que le pareció extraño que se pusieran todos enfermos a la vez.

También han afirmado que ningún controlador se negó a reincorporarse a su puesto de trabajo cuando así se lo solicitaron.

El día 3 de diciembre, 12 de los 17 controladores del turno de tarde del centro de Palma presentaron una declaración de incapacidad psicofísica, lo que motivó el cierre del espacio aéreo de Baleares por parte de Aena, clausura que se produjo en todo el país debido a que en otros centros de control ocurrió lo mismo.