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El exadministrador de la mercantil Digital Point, que ha declarado en calidad de testigo en torno a las adjudicaciones presuntamente irregulares que percibió el empresario Jacinto Farrús a través del Instituto de Estrategia Turística (Inestur), ha manifestado que concurrió a un concurso sobre turismo de congresos y reuniones -'benchmarking'- para «llenar el cupo» de empresas que debían presentarse porque así se lo pidió el responsable de una de las sociedades de Farrús, Guillermo Bongiovani, cuya mercantil (Torun) resultó ganadora del proceso.

En su comparecencia ante la jueza instructora del caso Voltor, Carmen Abrines, Pedro José S.M. ha manifestado de esta forma que su participación en esta convocatoria fue «meramente presencial» y que lo hizo como «favor», puesto que realmente «no tenía intención de ganar el concurso» e incluso pensó que «no teníamos opción de ganarlo». En cualquier caso, ha negado que fuese Farrús quien se puso en contacto con él para actuar de este modo como tampoco que hubiera una compensación económica de por medio.

«No conozco al señor Farrús y no he tenido ninguna reunión con él», ha incidido el testigo, quien ha señalado que fueron los empleados de Bongiovani, administrador de Torun, quienes efectuaron el proyecto que se presentó en nombre de la empresa del declarante. Se da la circunstancia de que la UTE integrada por Torun y THR -también vinculada a Farrús- fue la que se llevó el concurso después de que las valoraciones que se hizo de cada empresa participante fuesen presuntamente modificadas en favor del conocido empresario balear.

Mientras tanto, también ha sido interrogado como testigo un exempleado de Torun, Iván M.J., quien ha recordado que, por órdenes directas de varios superiores, entre ellos Bongiovani, tenía que elaborar tres propuestas de acuerdo a los requisitos que le indicaban y una de ellas «tenía que destacar sobre las demás». «Se cambiaban las características y las mejoras con la finalidad de que una de las tres fuera la adjudicataria», ha relatado.

Sin embargo, ha asegurado que él no era quien decidía cuál de las tres empresas debía destacar, sino que de eso se encargaba Bongiovani, aunque ha aseverado desconocer si éste le indicaba «lo que debía hacer por órdenes de Farrús».

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«Farrús era el que dirigía el grupo»

«Siempre hemos pensado que Farrús era el que dirigía el grupo pero a ciencia exacta no sé si los dictados los hacía él o si las órdenes eran dadas por el respectivo gerente», ha incidido el testigo, quien ha manifestado que no le extrañó que hubiera distintos gerentes puesto que el grupo «era muy grande y había muchas empresas», al tiempo que ha considerado «normal y lógico que el dueño del grupo dirija sus empresas».

El declarante ha recordado que otra de las instrucciones que recibía pasaba por que «no se repitieran siempre las mismas empresas» al elaborar las propuestas y ha señalado que también se utilizaban empresas ajenas al grupo.

Finalmente, este miércoles ha comparecido ante la magistrada el exresponsable de recursos humanos de Marxant -otra de las empresas propiedad de Farrús-, quien ha asegurado desconocer si Farrús envió a dos o tres de sus trabajadores a colaborar en la campaña electoral de UM, ya que se limitaba a preparar la documentación oportuna para contratar al personal que le indicaba el administrador.

En concreto, fue con la denuncia de la administradora única de la mercantil Cubic Asesoramiento Empresarial SLP con la que se iniciaron las investigaciones en torno al supuesto amaño del concurso sobre 'benchmarking', al poner de manifiesto que, pese a que su empresa fue la mejor valorada, la convocatoria fue «manipulada» con el fin de beneficiar a la UTE formada por THR y Torun. El concurso estaba valorado en un total de 417.600 euros y a él concurrieron más de quince empresas.