Los manifestantes partieron de la Plaça d'Espanya en dirección a Cort. | M. À. Cañellas

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Más de 8.000 personas asistieron ayer en Palma a la primera manifestación convocada de forma conjunta por los sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, para protestar contra la reforma laboral del Gobierno. Una ley que para las fuerzas sindicales «no creará ni un puesto de trabajo y desmantela el estado del bienestar y los derechos de los trabajadores».

Bajo la consigna de ¡No a la reforma laboral! por «ineficaz para la economía e inútil para el empleo», la protesta salió de la Plaça d'Espanya cerca de las 12.30 horas.

La marcha que contó con el apoyo de la CGT, CNT, EQUO y Esquerra, entre otros, recorrió las calles Sant Miquel, Plaça Major, Plaça dels Capellers, Bosseria y Colom, donde quedaron atrapados muchos manifestantes a quienes les resultó imposible acceder a la Plaça de Cort, cuyo aforo es de unas 3.000 personas.

Fue el secretario general de UGT en Balears, Lorenzo Bravo, quien durante su intervención en Cort constató que la asistencia había desbordado la previsión de los sindicatos y había «superado las ocho mil personas».

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Durante la manifestación, los asistentes corearon consignas como: «¿Dónde están los empleos del PP?» o « Contra la reforma laboral, huelga general», entre otros lemas más o menos subidos de tono.

Katiana Vicens, secretaria de CCOO en las Islas, fue la primera en intervenir en Cort, donde hizo una llamada a los trabajadores a tomar la calle. En este sentido, anunció que la gravedad de esta reforma laboral «supone retroceder a la primera mitad de s. XIX en materia de derechos de los trabajadores».

Los recortes en educación y sanidad, fueron calificados por Vicens como el «desmantelamiento» del estado del bienestar.

El líder de UGT, Lorenzo Bravo, tachó la reforma laboral de «desregulación». Destacó que la calle es el mal menor para quienes ya «no pueden sentarse con los empresarios en la mesa de negociación».

El sindicalista reclamó sentido común para volver a un espacio de «consenso», que permita retomar el debate laboral «donde corresponde: en las empresas», dijo.