Dejar los excrementos en la calle es sancionable, aunque es muy difícil demostrar la infracción.

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El Ajuntament de Palma ha denunciado a 130 perros de los 908 que ha controlado en lo que va de mes, es decir, sólo un 14,3% de sus dueños cometieron infracciones. Desde la Policía Local destacan que se trata de una cifra muy baja y ponen de manifiesto la importancia de que los ciudadanos cumplan con la normativa.

En concreto, 40 de las 130 denuncias son por llevar animales sueltos; 35 por carecer de chip obligatorio; mientras que 12 están relacionadas con la tenencia y circulación de perros de razas peligrosas. Las 43 denuncias restantes corresponden a otras infracciones de diversa índole que no se han cuantificado, entre ellas la de dejar los excrementos de los perros en la vía pública, parques o jardines. El portavoz de la Policía Local explicó que es muy difícil poner multas por este último motivo ya que tienen que darse una serie de circunstancias en cadena. Así, además de ver al animal defecando, el agente tiene que poder demostrar que el dueño se iba sin recoger las heces.

Hasta 3.000 euros

A las personas que son denunciadas se les abre un expediente y se abre un periodo de alegaciones; cuando se resuelve el expediente las sanciones oscilan entre los 50 y 3.000 euros. Las personas que no llevan la documentación de sus perros son denunciadas y les corresponde una sanción de 50 euros si no tienen atenuantes, aunque si presentan la documentación al día siguiente se les anula la multa.

Estos controles se enmarcan dentro de la campaña que ha puesto en marcha Cort con la finalidad de «controlar y sancionar, en su caso, las conductas de los dueños de animales (perros como norma) que incumplieran las ordenanzas municipales».

En este operativo, que finalizará a finales de febrero, participan la Policia Local, Emaya y la regiduría de Sanitat. Aunque la duración inicial es de un mes, fuentes policiales adelantan que se podrían ampliar los controles, ya que al haber más unidades en la calle, permite que haya más policías vestidos de paisanos, que pueden controlar que se cumplen las ordenanzas que afectan a los animales domésticos.