Felipe Ferré, ayer, en el juzgado.

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Felipe Ferré declaró ayer ante el juez instructor del 'caso Ibatur', Pedro Barceló, que tres exaltos cargos del PP en el Govern que presidió su tío político Jaume Matas le exigieron 200.000 en euros en concepto de comisión por el proyecto 'Honey Moon', la promoción turística de Balears basada en bodas de chinos en Palma.

Ferré dijo que el exconseller de Comerç Josep Joan Cardona, la exgerente del CDEIB Antònia Ordinas y el exdirector general de Promoció Industrial Kurt Viaene le pidieron ese dinero «de la factura de Honey Moon», dijo.

Él se negó a pagar porque «no podía sacarme de la chistera ese dinero», subrayó.

Ferré, imputado en el 'caso Ibatur', explicó al juez de forma detallada cómo se planificó y desarrolló una de las campañas turísticas 'estrella' del Govern de Matas, 'Honey Moon'.

Parejas chinas

Dijo que el objetivo era traer parejas chinas recién casadas a Balears y realizar un simulacro de boda en el castillo de Bellver, en un programa amplio que incluía emisiones en directo en la televisión china, con cantantes y personajes chinos.

El presupuesto total ascendía a 800.000 euros.

En total, se casaron en Palma ocho parejas de chinos en un simulacro de boda que incluyó reportajes de las islas, playas, vitas del casco antiguo, con un certificado de audiencia de unos 500 millones de personas, según explicó. Ferré, quien por otro lado se encuentra acusado en el marco del 'caso Scala', denunció en su anterior comparecencia que tanto el exconseller de Turisme Joan Flaquer como el exgerente del Ibatur Raimundo Alabern, eran conscientes de que las facturas de los contratos que otorgaban desde la Administración pública «estaban hinchadas».

Prácticas

El también administrador de las empresas Comarca Global, Gourmet and Boutique Island e IAS Hong Kong confesó que, entre las presuntas prácticas ilegales que se llevaron a cabo desde el Ibatur, desde sus empresas -que se hallan entre los principales proveedores del Ejecutivo autonómico durante la anterior legislatura-, se efectuaban trabajos «para exagerar lo que se cobraba» y «siempre se hacía un pequeño expediente». A la pregunta concreta del juez de que si algún directivo del Ibatur le había exigido el pago de alguna comisión por los trabajos encargados, respondió con un escuero «no, nunca».