El alcalde de Manacor, Antoni Pastor, en Manacor. | Guillem Mas

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La que ha sido la semana más difícil de la carrera política del alcalde de Manacor tuvo ayer su momento más emotivo. Más de 250 personas se concentraron a las doce del mediodía para expresar su apoyo a Antoni Pastor por su «valentía», a la hora de defender el catalán y rompiendo la disciplina de voto del PP en la Parlament, sobre la ley que rebaja la exigencia de la lengua propia en la administración, y que le ha causado su suspensión de militancia y una crisis en el seno de su equipo de gobierno.

En la concentración, promovida por las redes sociales de manera anónima, se encontraban afiliados y votantes del PP, así como destacados dirigentes de la izquierda nacionalista, personalidades del mundo de la cultura y muchos ciudadanos de a pie. En ella también estaban presentes los cuatro regidores fieles de Pastor: Catalina Riera, Sebastiana Sureda, Francisca Rufiandis y Roberto Flores.

‘Vendidos'

Tras una breve intervención del actor y filólogo Antoni Lluís Reyes en defensa del catalán y de reconocimiento de la postura «valiente y de dignidad» de Pastor y sus cuatro regidores; tomaron también la palabra el presidente de la OCB local, Jaume Riera, y miembros de la Escola de Municipal de Mallorquí o de Xeremiers per la Llengua. Se oyeron críticas a los regidores que «han vendido y traicionado nuestra lengua a cambio de una paga».

El momento más emotivo se vivió con la llegada de Pastor en sa Bassa, tras haber estado en Urgencias del hospital durante toda la tarde noche del viernes. El alcalde, muy emocionado por las muestras de apoyo de sus vecinos, agradeció el calor de su pueblo y se mantuvo en su postura «en favor del catalán, del consenso lingüístico» entre una gran ovación del público.