El Príncipe, en el entierro de Sánchez-Barcaiztegui. | Teresa Ayuga

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El príncipe de Asturias, don Felipe de Borbón, acudió a primera hora de la mañana de ayer al tanatorio de Son Valentí para transmitir personalmente su pésame a las hijas, María Pía y Patricia, del contralmirante honorario Marcial Sánchez-Barcaiztegui y asistir al responso que oficiaron el párroco de Porto Pí y el capellán castrense en la capilla.
La especial relación que mantenía don Felipe con el marino –su maestro en la mar– se evidenció cuando manifestó su deseo de estar presente también en el entierro, el cual tuvo lugar en el panteón de la Armada del cementerio de Palma. Los asistentes entonaron ‘La muerte no es el final', canto que cargó de emoción el acto.
Tras despedirse de la familia, el Príncipe –que conducía su vehículo– regresó en avión a Madrid. La visita del heredero de la Corona tuvo un carácter estrictamente privado y carente de todo protocolo, llegó acompañado de un discreto servicio de seguridad.
Hasta el tanatorio se acercaron numerosos compañeros y amigos de Marcial Sanchez-Barcaiztegui, entre ellos el vicealmirante Jaime Rodríguez-Toubes, que también recibió a don Felipe a su llegada al recinto, y el jefe del Sector Naval de Balears, el capitán de navío José María Lavilla.
Funeral en Sant Jaume
Por la tarde, en la iglesia de Sant Jaume de Palma, se ofició el funeral de Marcial Sánchez-Barcaiztegui, al que asistieron el titular del Ministerio de Defensa, Pedro Morenés; el almirante jefe del Estado Mayor de la Armada (AJEMA), Manuel Rebollo; el president del Govern, José Ramón Bauzá; el delegado del Gobierno, José María Rodríguez-Barberá; el alcalde de Palma, Mateu Isern; el comandante general de Balears, Adolfo Orozco; además de numerosos mandos de los tres ejércitos.
Muchísimos amigos también llenaron el templo de Sant Jaume para transmitir su pésame a los familiares de Sánchez-Barcaiztegui.
El contralmirante Marcial Sánchez-Barcaiztegui falleció en la madrugada del pasado lunes en Palma a los 92 años de edad. Durante cuarenta años estuvo vinculado a Mallorca, haciéndose merecedor del reconocimiento de todo el sector náutico y de la vela de las Islas, a la que dedicó tantos tantos esfuerzos.