Jesús Murgui, con los miembros del patronato de la Fundació Natzaret y representantes políticos. | Jaume Morey

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El obispo de Mallorca, Jesús Murgui, inauguró ayer la reforma de la Fundació Natzaret en el que fue su último acto público en Mallorca antes de partir a su nuevo destino para hacerse cargo de la Diócesis de Orihuela-Alicante, cerca de su Valencia natal.

Murgui, que también deja el cargo de presidente del patronato de la citada fundación de acogida de menores, agradeció a los miembros del patronato y la fundación así como a los representantes de las instituciones el apoyo recibido.

«A las personas que conozco y quiero y a las instituciones que han apoyado este proyecto, gracias», añadió emocionado el todavía máximo representante de la Diócesis de Mallorca.

Las obras de rehabilitación de las dependencias situadas en Joan Miró se han prolongado por espacio de 14 meses y han tenido un coste de 600.000 euros. Unas instalaciones que tienen capacidad para albergar a 22 menores de entre 6 y 18 años.

Entre los asistentes al acto de inauguración se encontraban el vicario general de la Diócesis, Lluc Riera; el vicepresidente de la Fundació Natzaret, Gabriel Cortés, y el director de la Fundació Natzaret, Guillem Cladera, así como la consellera de Benestar Social del Consell de Mallorca, Catalina Cirer; la directora general de Benestar Social del Govern Balear, Margalida Ferrando; el regidor d'Urbanisme del Ajuntament de Palma, Jesús Valls, y el director general de Participació i Benestar Social del Ajuntament de Palma, Guillermo Sánchez.

La obra realizada supone una considerable mejora, si bien, tanto el obispo como el vicepresidente Gabriel Cortés, reconocieron que «falta arreglar la fachada» que da a la calle Joan Miró.

Esta reforma ha incidido en aspectos como la funcionalidad y modernidad del edificio, que adquiere luminosidad y amplitud, y también destacaron que cuenta «con más seguridad de la que necesitamos», puntualizó Cortés.
Despedida

A las 17.00 horas de hoy, el obispo dirá definitivamente adiós a la Diócesis en una misa de acción de gracias en la Seu de Mallorca.

Tras nueve años de pontificado, el templo se prepara para acoger la despedida de Murgui Soriano, un acto que contará con gran participación del clero, unos 300 sacerdotes, y para el que se prevé también una gran afluencia de autoridades y fieles.