Miguel Estade, en una imagen tomada durante una cacería.

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Miguel Estade, neurólogo que ejerce en Suiza, es el presidente de la sección balear del Safari Club Internacional (SCI), un club que cuenta con mas de 55.000 socios repartidos en todo el mundo. Es un experto cazador, gran conocedor de las tradiciones que acompañan a la caza y defensor de una caza ética y legal.

—¿Qué opinión le merece la imagen del conseller Carlos Delgado tras la montería?

—No conozco las circunstancias en las que se tomó la fotografía, aunque se pueden deducir. En España y en otros países latinos hay una tradición ancestral cuando se cobra la primera pieza de caza mayor, como el ciervo, el jabalí o la cabra montesa. Se llama ‘hacerle novio' y consiste en que a ese cazador se le hace una especie de novatada en la que es habitual que se coja sangre del animal y se ponga por la cara. Las bromas pueden ser más o menos pesadas.

—¿Usted atribuye la imagen a ese momento?

—Probablemente visto que tiene la cara pintada con sangre. Personalmente no he visto nunca una foto como esa y no me parece adecuado hacerse una fotografía así. Me cuesta creer que él decidiera tomar los atributos y colocárselos en la cabeza y confieso que, viendo esa fotografía no me siento cómodo en absoluto. Si fue un acto voluntario, me parece irrespetuoso; si se debió a la novatada, quizás no tuvo más remedio que aguantar, lo que cambia el sentido. Como decía el gran filosofo Don José Ortega y Gasset, «no se caza para matar sino que se mata por haber cazado».

—Dice que es una tradición de los países latinos. ¿No sucede lo mismo en centro Europa?

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—Cuando se caza un animal en centro Europa, una vez obtenido, se busca entre las especies vegetales la más noble que haya en la zona, se corta un pedacito y se pone en la boca del animal. Se llama ‘el último bocado'. El guarda que asiste a la caza también coge una rama, se quita el sombrero y se la da al cazador para que la ponga en su sombrero previamente mojada en la sangre del animal pronunciando unas palabras en alemán “Weidmannsheil”, que podríamos traducir como ‘ honor hombre de los bosques'. El cazador se arrodilla y da las gracias al animal. Una vez en la casa, se vuelve a hacer un homenaje a los animales en el llamado ‘cuadro de caza', donde se interpretan himnos con trompas de caza para cada una de las especies abatidas.

—¿Existe algún rito semejante en España?

—Lo que se suele hacer en las monterías es que se rece antes de iniciar la cacería en honor a la Virgen Montera y que al final de la cacería se haga el cuadro de caza con los animales cazados y se rinden honores a las piezas pero de manera mucho menos formal que en Centro Europa.

—¿Eso puede explicar en parte el rechazo que ha provocado esa imagen en Europa, donde el respeto al animal está más desarrollado?

—Sin duda. Por eso hay que evitar hacerlas, por respeto al animal, en primer lugar, pero también por las consecuencias. Siempre explicamos que, sin cazadores no habría caza y, por lo tanto, no habría tampoco a la larga animales salvajes. En África por ejemplo hay muchos más elefantes donde está permitida la caza que donde no lo está porque nadie se ocupa de su protección y el furtivismo termina al final con ellos. Aquí pasaría lo mismo con los toros, que si no hubiera corridas, ningún ganadero criaría toros bravos y la raza terminaría desapareciendo. Para que la fauna salvaje siga existiendo tiene que regularse. Por otro lado, los cazadores hacemos importantes aportaciones económicas a través de organismos como el SCI, entre otros, para preservar muchos de estos animales. Sirva de ejemplo la conservación del rinoceronte blanco, a punto de desaparecer.

—Es un cazador apasionado.

—Hay que tener en cuenta que durante miles de años el hombre ha cazado y no solo para comer. La caza es también escuela de vida, entrega, sacrificio, paciencia e ilusión. El hombre moderno, se ha ido alejando de la naturaleza y la caza es para muchos un medio de volver a sentirse en comunión con ella. El hombre ha sido cazador desde el albor de los tiempos y no podemos olvidar de un plumazo miles de años de historia simplemente porque actualmente una parte de la población considera la caza como algo políticamente incorrecto. En la caza, como en la vida, hay de todo: buenos y menos buenos. Nosotros en el SCI luchamos para la conservación y protección de la fauna salvaje y por una caza ética y legal. Seamos prudentes con las cosas sacadas de contexto: la visión de unas fotografías de un cerdo desgarrándose en unas matances tan nostres, crearía también un rechazo internacional en aquellos que no conocieran nuestras tradiciones.