Gente paseando por la zona comercial de las Avenidas de Palma. | Nuria Rincón

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Las grandes superficies y las franquicias fueron una vez más los comercios más visitados por los ciudadanos que se apuntaron a la jornada de rebajas, ayer domingo. No se quedaron atrás las cafeterías y terrazas de las zonas comerciales que animaron una mañana espléndida.

Aragón, Avingudes, Plaça Joan Carles I, Born, fueron el eje neurálgico de la actividad comercial en Palma.

Una dinámica que va cobrando cuerpo, sobre todo, en las llamadas zonas de gran afluencia turística. Es decir, aquellas que tienen capacidad para aguantar actividad comercial los siete días de la semana.

La temporada de rebajas sigue. Esta es la realidad, aunque teóricamente ya no estén reguladas por ley.

Parece que la costumbre se impone y, por el momento, el comercio mantiene de forma conjunta estos apreciados descuentos.

Unos descuentos que sitúan productos de primera necesidad, más ahora que llega el frío, al alcance del bolsillo. De paso nos brindan alguna anécdota.

Abuelas a la moda

Así, más que curiosa resultó la imagen de varias ‘abuelas’ disfrutando de las rebajas en la planta joven de unos conocidos almacenes.

Ayer nos dejó también una imagen clara de la ‘guerra’ que enfrenta al pequeño comercio mallorquín con la política de liberalización del comercio en Palma.

En este sentido, la postura mayoritaria de los pequeños fue mantener las puertas cerradas. Una realidad más que evidente en muchos comercios situados en la Plaça Major, Sindicat o Sant Miquel.

Una nueva concepción de la actividad laboral, del sentido del negocio y, por supuesto, de los usos y costumbres de los ciudadanos.

Al final el estilo de vida es tener donde elegir. Y un domingo con las tiendas abiertas es ya una opción más en Palma.