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El exsocio de Iñaki Urdangarin en el ‘caso Nóos', Diego Torres, ha remitido al juez José Castro tres fotografías supuestamente comprometedoras para testigos e imputados en la causa con el objetivo de avalar sus tesis de defensa y oponerse a la fianza de 8,1 millones de euros impuesta por el magistrado instructor de la pieza separada número 27 del ‘caso Palma Arena'.

El abogado de Torres, Manuel González Peeters, y el de Urdangarin, Mario Pascual, presentaron ayer un recurso de reforma contra la millonaria caución. El plazo para constituir la fianza vence hoy, y si no la hacen efectiva, los bienes de ambos imputados serán embargados hasta alcanzar el importe de 8,1 millones.

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La defensa de Torres aporta las fotos para demostrar que tanto Roberto Molina, exregatista olímpico y que facturó a Nóos como informático, como Juan Pablo Molinero, supuesto testaferro de Urdangarin, tuvieron una participación activa en el Illes Balers Forum. Ambos aparecen con diferentes empleadas del grupo ‘satélite' de sociedades relacionadas con el Instituto Nóos en una conocida discoteca del Passeig Marítim de Palma tras una de las jornadas celebradas en noviembre de 2005, señala en su recurso el abogado González Peeters. Según el escrito, a imputados y testigos de la causa «les afecta a modo de pandemia una ladina y selectiva amnesia».

En ese contexto, subraya que Roberto Molina declaró como testigo, y con la obligación de decir la verdad, que no tenía nada que ver con el Illes Balears Fórum, cuando «entró de la mano de Iñaki Urdangarin, y su esposa es amiga de la esposa de éste». «Dijo que no había estado trabajando en el Illes Balears Fórum, lo que es falso», precisa. El letrado señala, asimismo, que «siguiendo la tónica habitual» de testigos e imputados, «ahora van y dicen que no son ellos (los de las fotos) cosa que a estas alturas ni sorprendería».

En el recurso, González Peeters también incide en que Carlos García Revenga es «asesor de la Casa de S.M. El Rey», y no «asesor de la Casa Real». Insiste en que su cliente tuvo un cargo honorífico en Nóos, «como el propio García Revenga», subraya.