Los doctores Arturo Solís y Antoni Mesquida. | Joan Torres

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«En estos últimos 23 años he aprendido que cualquier enfermedad es una fotosínteis baja», afirmó ayer el doctor Arturo Solís Herrera (México D.F., 1953) que pronunció la conferencia ‘Fotosíntesis humana' invitado por el Club Ultima Hora, y añadió que «la melanina es capaz de absorber todas las energías que el sol manda y es la molécula más estable que el hombre conoce».
Solís Herrera, que previamente fue presentado por el exconseller de Salut, Família i Benestar Social Antoni Mesquida, y por el periodista Pedro Prieto, llenó el Teatre Municipal Catalina Valls de un público expectante por conocer sus explicaciones sobre la ‘Fotosíntesis humana', sus avances médicos y sus experimentos científicos con la melanina con la que ha sustituido a las pilas comunes en su tierra natal Aguascalienes.
«Todo deriva de mi descubrimiento inicial: la propiedad intrínseca de la melanina de disociar y reformar la molécula del agua», explicó ayer el docto Solís remarcando que «la fotosíntesis humana es una reacción química que sólo se conocía en las plantas» y que «durante un estudio que inicié en 1990, acerca de las tres principales causas de la ceguera en el mundo -glaucoma, diabetes y degeneración macular relacionada con la edad-, hizo que identificara por primera vez la fotosíntesis en humanos».
El estudio de la fotosíntesis lo inició, según explicó el investigador, «porque me llamó la atención que las causas de la ceguera son las mismas en todo el mundo desde hace 60 años o más, lo que implica que los tratamientos actuales no funcionan».
El doctor Solís explicó con ejemplos, ayudado por vídeos y diapositivas, los casos que ha tratado con su fármaco derivado de la melanina con el que estimula la fotosíntesis humana y que son múltiples y variados, desde casos de alzhéimer o parkinson, a pacientes con graves problemas de psoriasis e incluso el caso de un bebé con sepsis, «mi nieto -afirmó el experto- que dos años después del tratamiento presenta un estado inmejorable».
Muchas fueron la preguntas del público asistente al acto a las que el doctor respondió dejando claro que «yo soy investigador, no comerciante y no he venido aquí a vender nada».
Uno de los asistentes le preguntó a Solís si, después de estos años de investigación, todavía creía en Dios, a lo que el médico mexicano respondió «Dios es más grande de lo que yo pensaba», la respuesta más aplaudida por el público.
También insistió Solís, durante el turno de preguntas y respuestas, en que su medicamento «no es un medicamento milagro» y que lo importante no es la enfermedad que sufra el paciente sino la voluntad de curación a través de los fármacos que él tiene patentados en Rusia y que, de momento, no se venden en España.