Diego Torres y su mujer, a la entrada del juzgado. | Pere Bota

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El ‘número dos' de la trama Nóos aseguró que ha sido presionado para asumir él la culpa y exculpar a Iñaki Urdangarin. Preguntado por el fiscal, Pedro Horrach, si chantajeaba de alguna manera a su exsocio, Torres aseveró que no, que lo que ocurre es precisamente lo contrario. Según su versión, desde hace tiempo ha recibido presiones para comprar su silencio en la causa. En concreto mantuvo que tuvieron lugar varios encuentros en los despachos de su abogado, Manuel González Peeters, como en el del letrado de Urdangarin, Mario Pascual. Según relató en estas reuniones le habría ofrecido un trabajo en Sudamérica para «solucionarle la vida».

Esta versión fue negada lacónicamente por el letrado de Urdangarin, Mario Pascual Vives, a la salida de las declaraciones y anunció que estudia posibles medidas legales contra Torres por esta afirmación. «Cada uno se defiende como quiere», aseguró.

«A estas alturas ya no me sorprende nada, la vida es así de curiosa», comentó al ser preguntado si le había llamado la atención la versión de los hechos que dio ayer durante siete horas el exsocio de Urdangarin, que consideró pura invención.

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Correos

Diego Torres se negó a contestar las preguntas formuladas por la Fiscalía que se refirieron a los correos electrónicos que aporta a la causa. No quiso ni aclarar su origen –se atribuyen a copias de seguridad que quedaron almacenadas en el servidor de Nóos– ni sus intenciones al aportarlos.

El ‘número dos' de la trama se limitió a contestar al juez y al ministerio público y no lo hizo al resto de acusaciones presentes en la causa ni a las defensas. De hecho, en un momento dado aseguró que no iba a responder más y se limitó a leer los nuevos correos que había aportado en el día de ayer.