El acto se ha celebrado en el Teatre de Lloseta. | Nuria Rincón

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Transparencia, austeridad, participación y cohesión social. Estos son los cuatro ejes básicos sobre los que se fundamentará el programa con el que el PI concurrirá a las próximas elecciones autonómicas y municipales. Los afiliados (el partido cuenta ya con 722) respaldaron ayer con un 99,1 por ciento de los votos a Jaume Font como presidente de la agrupación, que tiene cuatro vicepresidentes en su ejecutiva: Josep Melià, Antoni Pastor, Félix Ripoll y Francisco Torres, estos últimos por Menorca y Eivissa. Antoni Amengual es el secretario general y Ballester Martorell, el tesorero.

El Teatre de Lloseta acogió ayer el congreso constituyente del PI, dos días después de hacerse pública la incorporación del manacorí Antoni Pastor al proyecto. No hubo grandes sorpresas, los afiliados respaldaron claramente su presencia hasta el punto de que consiguió exactamente los mismos votos que Josep Melià. Pastor fue el primero en intervenir tras las votaciones y lo hizo con un discurso de agradecimiento a los que le han dado «coraje» y le han querido acompañar en el nuevo proyecto que pretende ser «una lección de pluralidad, de que en la vida política hacen falta discrepancias». Pastor cerró su intervención parafraseando a Mossèn Maria Alcover: «No li negueu l'existència a la llengua. Perquè tanmateix la tindrà».

Eivissa y Menorca

El PI nace con una clara voluntad autonómica para resolver una «injusticia histórica» con las denominadas islas menores. De ahí el gran peso que Menorca y Eivissa tienen en la nueva ejecutiva (igualan en número a los mallorquines). El partido confía en sumar pronto Formentera a su proyecto. El presidente del PI, Jaume Font, quiso insuflar un aire de optimismo.

«Hace dos semanas celebramos el treinta aniversario de la entrada en vigor del Estatut d'Autonomia, treinta años después queda muy poco de aquella ilusión colectiva... La gente joven da la espalda al sueño autonomista mientras la clase política isleña vive atrapada por un poder ciego, sordo y mudo ante las angustias de la gente de la calle», dijo. Melià agradeció a sus afiliados los dos últimos años de trabajo, una «travesía en el desierto que ahora nos abre horizontes favorables», dijo.