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Catalina Hoffmann Muñoz-Seca (México DF, 1977), terapeuta ocupacional y médico, es la fundadora de las empresas Vitalia, expertos en mayores y la creadora del método que lleva su apellido y que se está aplicando internacionalmente. Ayer pronunció una conferencia en el centro de cultura de La Misericordia, organizada por el Colegio Oficial de Terapeutas Ocupacionales de Balears (Cotoib).

—¿Qué es el método Hoffmann? ¿A qué sector se aplica?

—Yo estudié terapia ocupacional y me especialicé en estimulación cognitiva en el campo de la tercera edad. Cuando termino mis estudios me llaman de un grupo residencial para ser la coordinadora del área de rehabilitación. Para mi fue el no va más, pero mi sorpresa fue que me encuentro 250 personas mayores allí dentro, literalmente pintando un pato y cantando los pajaritos como si fueran niños de dos años. De ahí surgió mi idea de crear un método para ayudar a la gente mayor. El método analiza en profundidad la situación global de cada persona y adapta sus necesidades a un programa de intervención, un proceso mediante el cual se consigue que el mayor gane en calidad de vida.

—¿Entonces su método estudia cada caso de forma individual?

—Sí. Lo que hacemos en prevención, detección precoz, tratamiento de patología diagnóstica y patología avanzada. La edad para mi no es síntoma de envejecimiento. Hay mucha gente de 80 años que es mucho más joven que algunos ‘viejos' de 30 años. . A mi me interesa la persona por su necesidad y condición cognitiva, física y neuropsicológica.

—Y no sólo puso en marcha su propio método, sino que además creó una empresa.

—Así es. Cansada de ver el trato que generalmente recibían las personas mayores en muchos centros, decidí montar mi propia empresa, Vitalia con 26 años. Diez años después con 21 centros abiertos en España y estamos en pleno proceso de expansión en Brasil y México.

—Y ha escrito el libro ‘Emprender soñando'.

—Sí. En él explico mi experiencia de abrir mi primer centro de día con mi método, cuando nadie creía en mí. Unos me veían demasiado joven y otros pensaban que mi apuesta, de crear una empresa con un método terapéutico propio, era muy arriesgada. Mi madre me animó desde el primer momento. La verdad es que los comienzos fueron duros, pero las dificultades no me detuvieron y así lo explico.

—Hace poco ha sido galardonada con un premio de la Fundación Príncipe de Girona por su labor emprendedora.

—Así es. Fue un premio que me hizo mucha ilusión, ya que reconoce a jóvenes con iniciativas emprendedoras en la ejecución de un proyecto original y viable.