Manifestación contra la LOMCE. | M. À. Cañellas

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La comunidad educativa de las Islas consideró un «éxito» la jornada de huelga celebrada ayer, junto al resto de comunidades, que por primera vez abarcó todas las etapas, desde Infantil hasta la Universidad y que tuvo como colofón una multitudinaria manifestación por la tarde.

Con más o menos seguimiento según los niveles o, incluso, los propios centros, miles de docentes, alumnos y familias se sumaron a la protesta convencidos de la gravedad de la situación que vive la enseñanza en estos momentos. La huelga de ayer es la culminación de un proceso de reivindicaciones infructuosas para reclamar diálogo a la administración, tanto la estatal como la autonómica.

FETE-UGT, STEI-i, FE-CCOO, Coapa y la Plataforma d´Estudiants, entidades convocantes en las Islas, cifraron el seguimiento de la huelga general de educación en un 65% en el caso de los docentes y aseguraron que esta jornada de protesta se desarrolló sin «ninguna incidencia» en Balears. En opinión de las citadas entidades, estos datos demuestran que tanto los trabajadores de la enseñanza, como las familias y el alumnado defienden un sistema educativo «digno, igualitario, cohesionador, integrador y en catalán».

Por la tarde

Esta «jornada de lucha» a nivel estatal había sido convocada por toda la comunidad educativa para reclamar la retirada de la LOMCE , que «paren» los recortes en Educación, así como para pedir una inversión «que garantice un sistema educativo de calidad».

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Por la tarde se celebró una multitudinaria manifestación en Palma que congregó a unas 5.000 personas –8.000 según los convocantes–, que partió de la Plaça d'Espanya y terminó en el Born, donde se había instalado un escenario, aunque los organizadores se quejaron porque habían solicitado que se colocara frente a la Delegación de Gobierno.

Muchísimos niños y niñas, acompañados de sus padres y madres y docentes de todos lo niveles (muchos de ellos con las camisetas verdes de la Plataforma por la Educación Pública), también de la Universitat (como Carles Bona, viudo de la rectora Montserrat Casas) recorrieron el centro de Palma reclamando la retirada de la LOMCE o una escuela en catalán.

Ante las cifras de participación dadas por la Conselleria, el portavoz de la Plataforma d'Estudiants, Albert Abad, afirmó que este departamento cuenta «una mentira detrás de otra» y animó a los gobernantes a «que salgan a la calle a ver el descontento que existe con esta ley».

Por su parte, el secretario general del STEI-i, Biel Caldentey, denunció que «se aprovecha una situación de crisis para introducir elementos reaccionarios, con el decreto de lenguas, que van en contra de una educación pública de calidad y en catalán» y anunció que «haremos las huelgas que sean necesarias» para defender la educación.

El presidente de Fapa-Mallorca, Vicenç Rodrigo, consideró «evidente que la comunidad educativa ha dicho ‘no' a la LOMCE, diga lo que diga la Conselleria que poco a poco nos va importando cada día menos; ‘no' al decreto de trilingüismo y ‘no', sobre todo, a los experimentos» con nuestros hijos». «Queremos que nuestros hijos reciban una educación pública de calidad», dijo y ofreció «diálogo» a la nueva consellera, Joana Maria Camps, para cambiar la política educativa.