Hacienda llega a la conclusión, tras examinar toda la documentación relacionada con el ‘caso Nóos', pieza separada número 25 del ‘caso Palma Arena', que Urdangarin y Torres «se concertaron» para repartirse el botín millonario (dinero público y privado) de Nóos.
El informe constata, como ya lo ha hecho el fiscal anticorrupción Pedro Horrach a lo largo de casi tres años de instrucción, que ambos socios «resolvieron ab initio» repartir el 50 por ciento de los haberes netos «esperables de su actividad conjunta», utilizando como instrumento para ello, «sociedades de su titularidad respectiva». Urdangarin lo hizo a través de la sociedad que comparte con su esposa, la infanta Cristina, y Torres, también mediante las mercantiles, Intuit, Shiriaimasu, Virtual y de Goes Center, ésta última, propiedad tambièn de su esposa Ana María Tejeiro.
Facturación
«Estas sociedades facturaron a las entidades Nóos por unos pretendidos servicios y trabajos de muy diversa índole, de suerte que se han cruzado un número inusitado de facturas (425) por importes no menos llamativos (más de 8 millones de euros)», sostienen los inspectores de Hacienda.
Y añaden: «De esta forma se drenaron los recursos generados hacia el respectivo patrimonio de ambos socios».
El informe subraya que Urdangarin dejó de emitir facturas contras las entidades Nóos a finales de 2005, aunque no obstante, «existen pruebas de que hasta 2008 continuó interviniendo activamente en favor de los proyectos en curso de Nóos», es decir, contraviniendo la orden expresa de su suegro, el rey Juan Carlos, para que se apartara de los negocios del Instituto Nóos.
La Agencia Tributaria precisa que Urdangarin y Torres «urdieron una maraña de facturación de sus entidades subsidiarias por conceptos cuando no directamente falsos, al menos absurdos», y destaca que las sociedades satélites de ambos socios «se hallaban de un modo u otro, pero sin excepción, bajo el dominio efectivo y absoluto de los señores Torres y Urdangarin». «El estudio de todo lo actuado permite afirmar que los demás socios de las compañías no contaban de ninguna forma, ni participaban en la toma de decisiones estratégicas ni en la elaboración de proyectos, ni en su presentación y venta a potenciales clientes, ni tampoco en la determinación de los importes a facturar o de la identidad de quién facturaba y qué en cada momento», precisa. Hacienda, asimismo, resta protagonismo en el desarrollo de los hechos a la esposa de Torres, Ana María Tejeiro: «Queda muy lejos de ostentar ningún poder de decisión, ni tampoco en la distribución de los recursos generados, que fue patrimonio exclusivo de Urdangarin y Torres».
La Agencia Tributaria había cifrado con anterioridad en 16 millones de euros la facturación de Nóos entre 2002 y 2010, de los cuáles 5,8 fueron aportados por las arcas públicas de Balears y Valencia.
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