2.500 personas se han concentrado frente al Parlament. | Jaume Morey

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El pulso continúa y el Govern no dará su brazo a torcer. El Ejecutivo hizo ayer caso omiso a casi tres horas de criticas y protestas dentro y fuera del Parlament -que ayer reanudó su actividad con una crispada sesión donde la política educativa fue la protagonista- y a la segunda jornada de huelga del profesorado de las Islas, que tuvo un seguimiento algo menor al del día anterior, para dejar claro que el decreto sobre el Tratamiento Integral de Lenguas (TIL) no es negociable.

Tanto el president Bauzá como la consellera d'Educació, Joana María Camps, lo dejaron claro en sus intervenciones. Frases como «No retiraremos el TIL» o «no cedemos a presiones» marcaron una jornada crispada.

La ‘marea verde' reivindicativa se coló en la sesión plenaria. La mayoría del público, así como la práctica totalidad de los diputados y las diputadas del PSIB y Més acudieron a la Cámara con alguna prenda de color verde o alusiva al conflicto.

El debate fue bronco, tenso en muchos momentos y prolijo en frases retadoras. La consellera Camps incluso se atrevió a parafrasear a Rajoy, cuando, refiriéndose al ‘caso Bárcenas', comentó que «todo es mentira salvo alguna cosa». Camps pronunció una frase que llenó de hilaridad a la oposición y provocó carcajada. Afirmó que «el curso ha comenzado con normalidad, excepto por la huelga». Según la consellera, el TIL es legal, responde al cumplimiento del programa electoral del PP y es garantía de futuro. «El diálogo no implicar ceder», comentó. Y, en otro momento, aún fue más directa: «No retiraremos el TIL».

No a la inmersión
El president Bauzá, que respondió a dos preguntas sobre el inicio de curso y su política educativa, abundó en la misma dirección.

«Este proyecto educativo se aplicará porque es lo mejor para nuestros hijos y porque es uno de nuestros compromisos electorales», comentó el jefe del Ejecutivo autonómico que, respondiendo a la socialista Armegol, atizó más leña al fuego de la polémica con un comentario que parecía dirigido al sector más anticatalanista de su militancia y su electorado.

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Pese a que ni el PSIB ni Més había hecho bandera expresa de este asunto en sus intervenciones, Bauzá rechazó «la inmersión lingüística» al catalán y añadió: «Nosotros no defendemos el catalán que se habla en Cataluña, sino el que hemos aprendido de nuestros padres y abuelos y del que usted aborrece».

Francina Armengol y Biel Barceló (Més), que también preguntó a Bauzá por el TIL y la huelga, salieron de la sesión plenaria de ayer con la idea de estar golpeando permanentemente contra una pared. «No atiende a razones, es una vergüenza, qué nivel», dijo Armengol desde su escaño.

En sus diferentes intervenciones (todas las preguntas de la oposición se centraron ayer en este asunto) PSIB y Més, de palabra y por escrito, exigieron la dimisión de Camps y el diálogo con el profesorado, muy representado ayer en la Cámara. Antonia Font, una activista y dirigente del STEI, fue desalojada de la tribuna del público por exhibir un lazo con los colores de la bandera.

Tanto Armengol como Barceló, reprocharon a Bauzá su actitud autoritaria y le acusaron de provocar e instigar la huelga. «Hoy siento vergüenza, tristeza y preocupación por ver en qué manos estamos», dijo Armengol, que le instó a «escuchar a la comunidad educativa».

Pastor critica a Bauzá
Mientras se desarrollaba el debate (9 de las 18 preguntas del pleno más una interpelación aludían a la polémica), se oían desde el interior de la Cámara las protestas de unas dos mil personas que protestaban en la calle bajo un estricto control policial. «Mentiroso, mentiroso», se escuchó perfectamente durante una de las respuestas de Bauzá.

El diputado Pastor, ex PP y ahora no adscrito, no pudo intervenir pero, en los pasillos, criticó a Bauzá, pidió la retirada del TIl y un diálogo con todo el sector educativo.

Las preguntas sobre la política educativa (el PP sólo hizo una y el resto las dedicó al ‘lucimiento' del Govern) y la posterior interpelación, dejaron en segundo lugar otras cuestiones, entre ellas un nuevo debate sobre la compra del hotel Rocamar. La Cámara, con los votos del PP, rechazó crear una comisión de investigación como reclamó el PSIB.