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Balears exigirá que el nuevo modelo de financiación se aplique con efectos retroactivos a 1 de enero de 2014 y de ahí que el Govern no tenga prisa en aprobar ya un nuevo sistema, algo que sí han exigido otros barones del PP, como el presidente de la comunidad de Madrid, Ignacio González.

El conseller d'Hisenda, José Vicente Marí, explicó ayer en los pasillos del Parlament que la postura defendida por Bauzá pasa por tener toda la información antes de pactar el nuevo modelo. Por tanto, el Govern es partidario de conocer los datos de las balanzas fiscales de las comunidades autónomas que Mariano Rajoy se ha comprometido a hacer públicos a final de año.

Reforma tributaria

Además de las balanzas fiscales, el Govern también prefiere esperar a que se presente a la anunciada reforma tributaria, prevista para el primer trimestre de 2014. Una vez que se conozcan estos datos, se podrá acometer la negociación con más criterio, según defendió el conseller.

Marí reconoció que los datos de inversiones del Gobierno en las Islas para el año que viene no son positivos. Aseguró que la inversión es uno de los factores que contribuye a redistribuir la renta y aseguró que hay estudios que apuntan a que Balears es la única comunidad que no ha «convergido» con el resto si se tienen en cuenta los datos de la serie histórica comprendida entre 1965 y 2004.

La oposición no se mostró de acuerdo con la tesis defendida con el conseller, la de prudencia en la negociación hasta tener todos los datos. Al contrario, tanto la portavoz socialista, Francina Armengol, como el de Més, Biel Barceló, denunciaron la sumisión del president y lamentaron que no defienda los intereses de Balears sino que se «arrodille» ante las exigencias del Gobierno central.

Expolio fiscal

El portavoz de Més denunció además que Balears sigue sufriendo un «expolio fiscal» que ya se prolonga desde hace décadas. El propio conseller admitió que la Comunitat se encuentra entre las comunidades que presentan un mayor déficit fiscal con el Estado si se tienen en cuentas las balanzas fiscales. Algunos estudios sitúan este déficit en un 7,4 por ciento de los ingresos mientras que otro lo elevan al 14,2 por ciento.