Un momento de la asamblea celebrada en Algaida. | Assumpta Bassa

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La izquierda soberanista de Mallorca pretende reunificarse para rentabilizar su peso electoral. La militancia de Esquerra por una parte y la de PSM-Entesa por otra aprobaron ayer un acuerdo que entre otros aspectos busca alcanzar la «confluencia orgánica».

Dicho acuerdo lo refrendaron el 90 por ciento de los militantes de PSM-Entesa, reunidos en asamblea en Algaida, y el 86 por ciento de los de Esquerra, que celebraron su congreso en Inca. Por medio de ese acuerdo, los dos partidos se reconocen como «referentes del soberanismo progresista en sus respectivos territorios» y se comprometen «a trabajar para construir y establecer alianzas tácticas, estratégicas y económicas y políticas que faciliten la implantación, solidez y coordinación del espacio que representan». Se creará un órgano de coordinación y seguimiento que dirigirá el «trabajo conjunto». Asimismo, se acuerda el establecimiento de mecanismos de cooperación entre la Fundació Josep Irla y la Fundació Emili Darder y el reconocimiento de las alianzas que se puedan establecer entre las JERC y las JEN. El acuerdo también dice que PSM-Entesa «avala la entrada de Esquerra en la coalición Més per Mallorca». «La concreción de esta participación se determinará, de común acuerdo, con todos los integrantes de la coalición», matiza el documento.

El secretario general del PSM-EN, Biel Barceló, destacó que el acuerdo «supone un paso importante que avanza hacia la construcción de un proyecto político amplio y inclusivo, mallorquinista, progresista y soberanista que será la alternativa real a las políticas del PP de Bauzá y al bipartidismo». Por parte de Esquerra, Joan Lladó indicó que el acuerdo «no significa renunciar a nuestra meta, sino incorporar nuestras ideas en este espacio político».

Por otra, parte, el 77 por ciento de la militancia votó a favor de la candidatura que encabezaba Joan Lladó para presidir Esquerra-Mallorca. El 23 por ciento restante se abstuvo. Cabe recordar que Josep Serra dimitió el viernes del cargo de presidente de Esquerra-Mallorca por discrepancias con Lladó.