Imagen del ‘Fortuna’ en una de sus últimas singladuras por la bahía de Palma. | Efe

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Ha sido una negociación lenta y compleja entre Fundatur y Patrimonio Nacional cuando, en mayo del pasado año, se anunció por parte del Gobierno que la Familia Real renunciaba a seguir utilizando el Fortuna, el yate que un grupo de empresarios de Balears y el propio Govern adquirieron y cedieron en el año 2000 para el uso exclusivo de don Juan Carlos.

La próxima semana está previsto que se reúna la junta de patronos de Fundatur, que preside Carmen Matutes, para dar el visto bueno al acta de reversión de la embarcación por parte de Patrimonio Nacional, el organismo que ha sido el encargado de su gestión durante todos estos años.

Todo indica que una vez que se hayan aceptado las condiciones de la reversión, el Fortuna saldrá de la rada de la base naval de Portopí, donde ha sido sometido a una exhaustiva revisión técnica para conocer en profundidad su estado de conservación.

En venta

La intención de Fundatur es trasladar a la mayor brevedad posible el Fortuna a su nueva amarre, en el puerto deportivo de Port Adriano. Todavía se desconoce si el Fortuna –cuyo nombre ha sido registrado para el uso exclusivo de la Familia Real– realizará esta singladura por sus propios medios o si, por el contrario, será remolcado.
Los propietarios del último yate que usó don Juan Carlos tienen previsto ponerlo de inmediato a la venta. Por este motivo, Fundatur ya se ha puesto en contacto con diversos brokers náuticos para difundir la salida al mercado internacional del Fortuna.