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Bartomeu Vicens y Miquel Nadal confirman que hubo cohecho por la adjudicación de Can Domenge a Sacresa en el año 2006. Sin embargo, sobre lo que declararon ayer los dos en el juicio, el primero introduce importantes matices que aumentan el papel del que hasta ahora sólo aparecía como intermediario, Miquel Llinàs. Los dos exconsellers fueron excarcelados ayer para declarar en la investigación de este soborno, que se inició con la confesión de Vicens en un juicio previo que terminó con una condena para ellos y para la expresidenta del Consell, Maria Antònia Munar.

Los dos coinciden en que hubo una contraprestación y en que cada uno se embolsó 400.000 euros por la operación, que Nadal dice que destinó a su campaña electoral a la Alcaldía de Palma. Sin embargo, discrepan en quién negoció y en cómo se fraguó la petición del dinero a Sacresa. Los dos también coinciden en que fue Vicens quien propuso a Llinàs como intermediario.

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En su tercera versión de estos hechos, el exconseller de Territori amplía el papel de este mediador. Hasta ahora había dicho que se limitó a coger el dinero y entregárselo y que, por ello, él le compensó con una comisión. Ahora esa parte crece de unos 5.000 a 400.000 euros, es decir, la misma cantidad que recibieron los políticos. Vicens asegura que Llinás le dio tres sobres con esa cantidad y él se quedó con otro. Esa entrega se produjo, de acuerdo con el imputado, en el aparcamiento del Consell en General Riera. Declaró que sabía que iba el mismo efectivo en cada sobre porque tenían el mismo grosor y que llevó personalmente uno a Munar a la sede del Consell y se lo dio en su despacho. Vicens no solo aumenta el dinero que se llevó Llinàs sino su papel. Ahora asegura que fue él quien intermedió con Sacresa para el pago.

Nadal corrobora ese punto de que fue Llinàs quien negoció con la empresa pero matiza que lo supo después del juicio, una vez ya estaba en la cárcel y porque se lo dijo Vicens.

El letrado de Llinàs inquirió al exconseller sobre el motivo de su cambio de versión. Éste admitió que no implicó en un primer momento al intermediario porque era amigo personal suyo, no era político y no quería perjudicarle. Sin embargo, señala que se ha distanciado de él después de que declarara en policía por los mismos hechos. Llinàs está citado hoy como imputado en la misma causa.