Un grupo de trabajadores de Coca Cola han protestado hoy en Palma contra el cierre de la planta embotelladora. | Teresa Ayuga

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La lucha de los trabajadores de la planta de Coca-Cola de Palma, una de las cuatro que la empresa Coca-Cola Iberian Partners prevé cerrar, no cesa. Ayer por la tarde se concentraron en la Plaça d'Espanya –unos 300, junto a los empleados de seguridad privada– para mostrar su oposición al cierre de la fábrica. De este modo, trasladaron su protesta al centro de la ciudad, después de varias concentraciones a las puertas de la planta.

El lunes, los empleados de Mallorca comienzan una huelga indefinida y según explicó el presidente del comité de empresa, Juanjo Bustins, «el suministro no está garantizado en todos los sitios». El jueves ya no llegó toda la materia prima para elaborar el refresco y algunas grandes superficies ya realizaron pedidos de mayores dimensiones en vistas al paro de la próxima semana.

En cualquier caso, los trabajadores de la Isla continuarán adelante con sus movilizaciones si no hay cambios en la negociación que mantienen en Madrid la dirección de la empresa y los sindicatos. «No tenemos nada que perder, su intención es cerrarnos», lamentaron ayer. Las partes se reunirán de nuevo el martes.

Por otra parte, Bustins también realizó una llamada de atención al Govern, ya que después de la reunión mantenida con los trabajadores y la llamada de la Conselleria correspondiente, «aún no saben qué han hecho» ni «cómo se va a materializar su voluntad de apoyo.

Los trabajadores mostraron carteles en los que se pedía ‘Consumo Zero', escrito con la característica tipografía de la compañía o ‘Muere la chispa de la vida' y ‘Sensación de morir', al tiempo que entonaban: «ERE, ERE, ERE, Coca-Cola no nos quiere».