Los aledaños de la Plaza Mayor de Palma se han convertido en una pequeña Pamplona. | P. Pellicer

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Una multitudinaria recreación de San Fermín tuvo lugar ayer a las doce del mediodía junto al Bar España, dentro de las fiestas de la barriada de Canamunt, en pleno centro de Palma. Las calles que rodean el bar se tiñeron de rojo y blanco para asistir al pregón y al lanzamiento del tradicional chupinazo, preámbulo de una gran fiesta en la que no faltaron los típicos cánticos de San Fermín y el paso de las carretillas que simulaban a los toros de los encierros de Pamplona. Han pasado ya más de 15 años desde que el Bar España empezara a celebrar este día gracias a la idea de unos clientes navarros y vascos afincados en Palma. Lo que empezó siendo una pequeña celebración para los pamploneses residentes en Palma, se ha convertido en una fiesta que año tras año gana más adeptos. La mezcla de calor y los efluvios del alcohol subieron los ánimos de más de uno.