Turistas en Punta Ballena, que no favorecen la imagen de Mallorca. | Michel's

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Los empresarios turísticos de Mallorca coincidieron ayer en señalar que este tipo de oferta turística que daña la imagen de Mallorca «no se debe permitir». Mostraron, además, su voluntad de trabajar de forma conjunta con la administración para atajar esta problemática.

«Es lamentable que una minoría perjudique tanto a la imagen de la Isla, cuando se hacen grandes esfuerzos públicos y privados para mejorar el producto», manifestó el presidente del Fomento del Turismo de Mallorca, Eduardo Gamero, quien apuesta por un gran pacto del sector turístico para buscar una solución. También el presidente de la asociación hotelera de Palmanova-Magaluf, Sebastián Darder, lamentó la imagen y apostó por actuar de forma conjunta con la Administración. «Rechazamos estas conductas vejatorias», dijo, al tiempo que reconoció que una buena campaña mediática ayudaría a mejorar la imagen actual».

La presidenta de las agencias de viajes Aviba, Sylvia Riera, lamentó la «contaminación informativa internacional» a raíz de «10 metros de calle». «Nosotros no vendemos esta oferta, por lo que ya estamos hablando con touroperadores para paliar los posibles efectos de estas informaciones», aseguró. Por su parte, el presidente de la asociación de salas de fiestas y discotecas, lamentó que algunos empresarios «actúen al margen de la legalidad».

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Regulación

En este sentido, Sánchez reivindicó «una normativa y que se pongan límites a las actividades», al tiempo que reclamó regulación y mano dura contra los que no cumplen las normas. En cualquier caso, reconoció que encontrar una solución «no es fácil» ya que la problemática actual no es nueva. No es la primera vez que los medios británicos y alemanes se hacen eco de este tipo de turismo en la Isla.

La exalcaldesa de Calvià, Margarita Nájera, fue tajante: «Lo primero que hay que hacer es cerrar el local que promociona este tipo de prácticas porque es denigrante». «Esto no se puede permitir», dijo, al tiempo que consideró que clausurar el local «sería un aviso a navegantes para que no se repita».