Fotografía de archivo del 11 de febrero de 2012 del contable del Instituto Nóos, Marco Antonio Tejeiro, abandonando los juzgados de Instrucción de Palma de Mallorca tras prestar declaración ante el juez José Castro, por el caso Nóos. | Efe

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El contable ‘arrepentido’ de Nóos prefiere estar en silencio. Marco Antonio Tejeiro rechazó ayer mediante un escrito ratificar ante el juez Castro su confesión en la que asume haber participado en la trama y culpaba a Diego Torres e Iñaki Urdangarin de ser los cerebros de la trama. La reacción de Castro fue inmediata y ayer mismo dejó sin efecto la citación para el sábado y devolvió el escrito con la confesión al fiscal, de manera que éste queda, de momento, sin efectos procesales al no haberse incorporado al sumario.
La defensa de Tejeiro registró un recurso en el que afirmaba que con el documento presentado por el fiscal no pretendía prestar una nueva declaración judicial y anunciaba que, en el caso de que se mantuviera la cita se acogería a su derecho a no declarar. El magistrado instructor tiene la obligación de tomar declaración a un imputado cuantas veces éste quiera, pero no puede obligarle a contestar. Ante el escenario de mantener una declaración el sábado y que el acusado no contestara, el juez decidió suspenderla.
Auto
En un auto, Castro recuerda que en el ‘caso Nóos’ su juzgado «aún conserva su competencia» a pesar de que haya cerrado ya la instrucción. Así, asegura que si lo que se quiere por parte de la Fiscalía y de Tejeiro es que el acuerdo que han alcanzado «surta efectos jurídicos» tiene que ser ratificado ante él. De hecho se refiere al documento que presentó el fiscal el pasado viernes como «el escrito cuya autoría se atribuye a don Marco Antonio Tejeiro» porque no ha habido aún intervención del imputado.
El juez en el auto no admite el recurso y lo deja fuera del procedimiento por el momento: «No queda otra salida que devolverlo al ministerio fiscal para que haga uso del mismo de la manera que estime más conveniente». De esta manera, la confesión queda ahora en un limbo jurídico mientras se resuelven los escritos de apelación al auto con el que se cerró el sumario y después las partes presenten sus escritos de calificaciones provisionales.