El presidente del PP palmesano, José María Rodríguez, en una foto de archivo junto al alcalde Isern. Las diferencias entre ambos han ido en aumento. | Pere Bota

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«En esta huelga de Emaya, hay un claro trasfondo político», aseguró ayer el presidente del PP de Palma, José María Rodríguez, el cual aseguró que, desde su punto de vista, «éste es un conflicto que se podría ahorrar a la ciudad». En opinión del dirigente conservador, «hay que hacer un esfuerzo de entendimiento entre los sindicatos y la empresa, pero de lo que estoy seguro es de que los sindicatos no están para gestionar la empresa».

Rodríguez destacó que en la convocatoria del paro indefinido en el servicio de recogida de basura, realizado por el comité de empresa, «no hay ninguna reivindicación salarial o laboral», tesis que avala la consideración «política» de la huelga que comenzará el martes día 22 si no se alcanza un acuerdo previo.

Desgaste político

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El análisis que realiza el máximo responsable del PP palmesano de la huelga de Emaya es que «lo que se pretende es desgastar la labor del equipo de gobierno municipal». Sobre esta cuestión, José María Rodríguez no dudó en aclarar que «el PP respalda la gestión que realiza el alcalde de Palma, Mateo Isern».

Frente a los comentarios que le sitúan detrás de este conflicto que podría dejar a la ciudad sin el servicio de recogida de basura –motivados por su enfrentamiento con Isern y su eventual interés en forzar la contratación de militantes en la empresa de cara a las elecciones–, Rodríguez fue contundente: «Se equivocan quienes piensan que detrás está el PP de Palma, ésta es una huelga que interesa a otros partidos políticos».

Rodríguez concluyó que «yo confío en que la huelga no se llegue a realizar, los ciudadanos de Palma no tienen que pagar este conflicto entre otras razones porque no hay ningún motivo. La huelga siempre tiene que ser el último recurso».