El holandés Piet Rinkens, que llevaba más de 30 años viniendo al hotel, pidiendo explicaciones en recepción.

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«Esto es algo criminal». «¿Estamos en Europa o en un país tercermundista?». «¿Cómo pueden las autoridades tolerar esto?». «¿Dónde nos alojamos en los siete días que nos quedan de estancia en Mallorca?». Estas eran en la mañana de ayer algunas de las preguntas que se hacían cientos de turistas alojados en el hotel Vita Delta, tras anunciar el jueves pasado a los trabajadores que cerraba el hotel el día 15.

La recepción del hotel se convirtió ayer en un auténtico zoco turístico, puesto que muchos clientes tuvieron que buscarse la vida para encontrar un alojamiento en la Isla para pasar el resto de sus vacaciones ante la pasividad de algunos touroperadores, agencias on-line y de la cadena Vita Hoteliers.

«Esto es algo criminal. Llevo viniendo aquí desde hace más de 30 años y nunca pensé que podría vivir una situación de estas características. Esto parece que no sea Mallorca», afirmaba el turista holandés Piet Rinkens, junto a su mujer.

Vacaciones rotas

Lo más lamentable del caso es que Vita Hoteliers siguió admitiendo reservas de clientes este fin de semana, a sabiendas de que lo cerraba el lunes.

Ni el director ni ningún representante de Vita Hoteliers dio ayer la cara. Es más, los trabajadores señalaron que ya no estaban en el hotel: «Nos han dejado solos para atender a los clientes. Esto es algo impensable y es lamentable que haya ocurrido».

Cala Rajada, Magaluf, Santa Ponça, Can Pastilla y s’Arenal fueron los enclaves en los que gran parte de los turistas pudieron ser recolocados. Ahora queda saber quién se hará cargo de estos extracostes. «Nos han roto las vacaciones y esto es un desastre», apuntaban los madrileños Vicente García y María Romero.

Las puertas del hotel quedaron cerradas de forma definitiva a las 16.00 horas. Los trabajadores denunciaron ayer ante Inspección de Trabajo lo sucedido y criticaron la actitud de la Conselleria de Turisme. «Nos han dicho que esto es una cosa interna de la empresa y que no tienen nada que hacer», afirmó la presidenta del comité de empresa, Brigitte Dereymacker.