De la Sierra está considerado uno de los mejores escritores españoles sobre historia naval, materia en la que es autor de una extensa bibliografía.
Inició su carrera de marinero con 17 años alistándose voluntariamente en el crucero Almirante Cervera, en el que sirvió hasta finalizar la Guerra Civil.
A partir de entonces navegó como guardiamarina, alférez, teniente y capitán de corbeta a través del Atlántico, el Pacífico y el Mediterráneo en veleros como el Juan Sebastián Elcano, del que fue segundo comandante, y el Galatea, así como en destructores, minadores, fragatas, patrulleros y dragaminas.
Especialista en armas submarinas, fue distinguido con tres cruces del Mérito Naval y comisionado para los Estados Unidos para comandar el primer buque de guerra cedido a España por el Tratado de Asistencia Mutua. Concluyó su carrera en la Armada en 1982.
Su amplia obra de historiografía naval, campo en el que está considerado entre los mayores especialistas españoles, se centra en las dos guerras mundiales.
Su primer libro, Buques suicidas (Editorial Juventud, 1958) obtuvo el premio Virgen el Carmen de la Armada. Publicó obras históricas hasta mediados de los 80 y posteriormente se centró en la descripción de sus viajes por todo el mundo.
Su última obra en este ámbito, Mis viajes, se editó hace diez años y deja algunos manuscritos inéditos. Además de su abundante producción propia, tradujo al castellano Las expediciones Ra, del explorador noruego Thor Heyerdahl.
2 comentarios
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Los componentes del blog Buque Escuela de Maniobra Galatea, acompañan en estos momentos tan difíciles a la famila de Luis de la Sierra. Gracias a su gran legado podemos ilustrarnos con la mar y sus barcos. Y como no, gracias a él, los marineros del Galatea abandonaron las escobas de brezo y nos dignificó en aquellos agotadores trabajos. Gracias Don Luis, estamos allá donde estés, siempre contigo. Como anécdota, el por entonces alférez de navío don Luis, observaba el trabajo inhumano que se hacía para la limpieza de la cubierta. Descalzos, con pantalón corto, en climas tropicales o arremangados los pantalones de faena hasta los muslos si hacía frío, los que se dedicaban a este menester, a toque de silbato con cortas escobas de brezo y un ladrillo entre las manos, frotaban la cubierta del velero. Como quiera que le parecía duro e innecesario este quehacer, ordenó echar por la borda los escobones de brezo y sustituirlos por unos magníficos bruses (cepillos de raíces con palo) para de esta manera sin tener que agacharse poder baldear la cubierta del Galatea. Que gran cambio, que alivio para las rodillas y la espalda. Este sistema permaneció en la Armada, en el Galatea y actualmente en el Juan Sebastián Elcano. Gracias otra vez don Luis, por tu decisión y por tu iniciativa, pues en esos momentos te la jugaste, y el comandante del Galatea o no se enteró del cambio o se hizo el despistado, por reconocer que ya era hora de desterrar esa inhumana costumbre. Quiero ser breve y desde aquí los componentes del blog “Buque Escuela de Maniobra Galatea” te saludan y se enorgullecen de haberte conocido. Gracias don Luis.
Excelente escritor de temas navales de la 1ª y 2ª guerras mundiales, es de los poquísimos en España que han escrito sobre estos temas "Corsarios alemanes en la 1ª guerra mundial" "Buques suicidas""La guerra naval en el Atlantico"y Titanes Azules" son ya clásicos, editados en editorial Juventud. Descanse en paz el marino e historiador.