Valmia y Katia Sarraff Trujillo, en el mirador de Sa Foradada. | Facebook

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La liberación de Rolando Sarraff Trujillo, el supuesto espía norteamericano al que se refirió Barack Obama como uno de los liberados por el régimen cubano tras el acuerdo alcanzado con Raúl Castro, sigue siendo un misterio. «No sabemos nada de él», comentó desde su domicilio mallorquín Katia Sarraff, hermana de Rolando, quien desde 1998 ejerce como médico en la Isla y desde donde ha mantenido contacto constante con él en su largo cautiverio en las cárceles cubanas desde que fue detenido en 1995 y condenado a veinticinco años de cárcel.

El rotativo norteamericano The New York Times fue el que identificó el «espía perfecto» al que se refirió Obama cuando se hizo público el canje de presos –a mediados de este mes de diciembre– tras el acuerdo del inicio de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos.

La importancia estratégica de Sarraff deriva de su alto cargo en la inteligencia cubana. En el momento de su detención tenía el puesto de primer teniente en la dirección del servicio, además de ser un experto en descifrar los códigos de los mensajes que enviaban los espías cubanos desde Estados Unidos a La Habana.

Durante todos estos años Rolando Sarraff ha podido contactar con sus familiares, los cuales han tratado que su caso no quedase en el olvido. «Sólo queremos que esté bien y que se ponga en contacto con nosotros», asegura Katia durante la breve conversación que accedió a mantener sobre la confusa situación de su hermano, cuya liberación no ha querido ser confirmada de manera oficial por ninguno de los dos países.