Imagen de la escuela de crupiers del Casino Teatro Balear. | Joan Torres

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El consejo de la Gerencia de Urbanismo del Ajuntament de Palma ha acordado este lunes por unanimidad denegar la solicitud de licencia al Casino Teatro Balear así como desestimar los efectos del silencio administrativo e informar al área de Disciplina Urbanística para que dicte la suspensión de las obras.

El teniente de alcalde de Urbanismo y Vivienda, Jesús Valls, ha informado de esta decisión que puede implicar la suspensión de las obras que ha estado haciendo el Casino Bingo Balear hasta la fecha, amparándose en el silencio positivo de Cort, según un comunicado del consistorio.

Valls ha recordado que Bingo Balear ganó el concurso planteado por el Govern para la instalación de un casino en el centro de Palma, pero las cláusulas especificaban que el adjudicatario debería obtener las pertinentes licencias urbanísticas.

Urbanismo denegó la licencia porque considera que el proyecto no tiene en consideración la legislación vigente por incumplimiento de la ordenanza de Usos del Centro Histórico, especialmente en lo que hace referencia a que no existía colidancia de viviendas y que la propiedad no disponía de un aparcamiento en el interior del edificio.

Según Valls, el hecho más importante para determinar la denegación de la licencia ha sido que «no se pueden conceder licencias nuevas de más de 300 metros en aplicación de esta ordenanza».

Valls ha recordado que la empresa recurrió la denegación y pidió medidas cautelares que fueron desestimadas. Paralelamente, Gran Casino pidió licencia de obras para acondicionamiento de los interiores, que fue concedida.

En junio se volvió a registrar una nueva solicitud de licencia, «prevaliéndose de la licencia que consta en vigor pero fuera de ordenación», ha dicho Valls.

Valls ha justificado la denegación de la licencia porque lo que pretende la entidad con el nuevo proyecto «es un aumento del aforo que llegaría a 1.180 personas, incrementar la superficie de uso público hasta 1.406 metros, añadir actividades complementarias al juego, realizar nuevas instalaciones y aumentar la carga de fuego y la presión acústica en el interior».

El teniente de alcalde ha recalcado que «todas estas variaciones conllevan obligatoriamente solicitar una nueva licencia, y no solo una mera variación de la licencia anterior».

Casino Balear ha alegado que el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Palma otorga uso recreativo y que la Ley 7/13 permite realizar alternativas técnicas, por lo que al existire una contradicción entre el PGOU y la Ordenanza de Usos del Centro Histórico, debe prevalecer el plan general.

El criterio del Ajuntament de Palma siempre ha sido que las ordenanzas están en vigor y forman parte del mismo cuerpo del PGOU, que especifican y complementan, según Valls, de manera que esta duda jurídica «es lo que ha provocado que no se haya resuelto el silencio positivo antes de que finalizase el plazo estipulado».

Según Valls, el Ajuntament considera que hasta el 29 de diciembre no se emitió el informe definitivo del Jefe de los Servicios Jurídicos «que corrobora que las ordenanzas son de aplicación por lo que no existe contradicción y lo que procede es denegar la licencia».

Por ese motivo no se ha resuelto «en plazo», por falta de los informe jurídicos, ha explicado Valls, quien ha detallado que el pasado 14 de noviembre, los celadores visitaron la obra y no pudieron acceder a la misma. No entraron hasta el 9 de enero, cuando comprobaron que «se han realizado, posiblemente, obras más allá de lo autorizado por el Govern».

Tras constatar que las obras que se están realizando pertenecen al nuevo proyecto presentado, que Cort considera contrario a Derecho, Urbanismo traslada el asunto a Disciplina Urbanística para que las suspenda dado que el Ayuntamiento considera que «el silencio positivo no opera al ser una licencia arrogada 'contra legem'».