El vicepresidente del Govern balear, Biel Barceló, y el expresidente autonómico Cristòfol Soler han encabezado estar noche la manifestación soberanista de la Festa de l'Estendard que ha congregado en el centro de Palma a un millar de personas convocadas por organizaciones nacionalistas e independentistas. | M. À. Cañellas - J.Morey/M.A.Cañellas

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El vicepresidente del Govern balear, Biel Barceló, y el expresidente autonómico Cristòfol Soler han encabezado estar noche la manifestación soberanista que ha congregado en el centro de Palma a un millar de personas convocadas por organizaciones nacionalistas e independentistas.

Barceló, líder de la coalición MÉS, y Soler, que fue presidente autonómico por el PP entre agosto de 1995 y junio de 1996 y hoy preside la Assemblea Soberanista de Mallorca, portaban junto a otros dirigentes nacionalistas una pancarta con el lema «De la autonomía a la soberanía».

La marcha, conmemorativa de la entrada en Mallorca de las tropas de Jaume I el 31 de diciembre de 1229, ha sido organizada por una plataforma de organizaciones que reivindican la jornada de este jueves como la Diada de Mallorca y abogan por la autodeterminación.

La manifestación, a la que se han sumado en torno a 1.000 personas, ha discurrido entre el Paseo del Borne y la Plaza de los Patines sin incidentes relevantes, más allá de la quema de algunos cartones y la detonación de varias tracas.

Biel Barceló ha declarado antes del inicio de la marcha que su partido aboga por una «forma de Estado totalmente diferente a la que hay ahora», en la que el Gobierno estatal manifiesta «unos tics centralistas absolutamente inaceptables».

En este sentido, el vicepresidente balear ha confiado en que las negociaciones entre las fuerzas con representación en el Congreso cuajen en «un Gobierno claramente de izquierdas» que avance en reformas descentralizadoras.

El expresidente Soler ha asegurado que España trata a los mallorquines como «ciudadanos de segunda, en todos los aspectos, a nivel cultural, a nivel lingüístico», y los somete a un «colonialismo económico» incompatible con una verdadera autonomía.

«Dentro de esta España tenemos poco que hacer», por lo que hay que seguir el camino iniciado por los independentistas catalanes y «desconectarse del Estado español», ha sostenido el antiguo dirigente del PP.