Imagen del martes de uno de los pasillos de Son Llàtzer habilitados con camillas para atender a los pacientes.

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La presión asistencial en las Urgencias de los hospitales públicos empezó a bajar este miércoles por la tarde después de que el IB-Salut pusiera en marcha el plan de contingencia y se empezaran a derivar pacientes a Sant Joan de Déu y los hospitales que cuentan con conciertos y acuerdos con el Servei de Salut.

El hospital que más está sufriendo la saturación de las Urgencias en Son Llàtzer. Tanto es así, que este miércoles el gerente del hospital palmesano, Xisco Marí, se reunió con el personal del Servicio de Urgencias para intentar tranquilizar los ánimos y explicar que lo vivido estos días ha sido un pico de demanda asistencial y que ya se están intentando poner todos los medios para evitar que haya enfermos en camillas y sillones por los pasillos.

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Sin embargo, el personal habla de «caos» y de «falta de organización» y apunta que durante estos días han tenido una media de más de 40 pacientes esperando cama en camillas y algunos más de 35 horas.

Desde la Federación de Servicios Públicos de UGT, sindicato que el martes denunció el colaspo de las Urgencias de los hospitales públicos, reconocieron este miércoles que la situación está más controlada.