Pedro Sánchez y Francina Armengol. | Efe

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«Que no dude, que siga adelante. Si se deja liar se meterá en un callejón sin salida. Ha de pactar con Iglesias y presentar un proyecto a la Cámara sin acordar nada con los independentistas catalanes. Ellos deberán elegir si quieren un presidente socialista o unas nuevas elecciones, que no les interesa para nada». Eso es lo que cree la mayoría del PSIB-PSOE cuando analiza el actual laberinto en que se encuentra Pedro Sánchez.

La pataleta enrabietada, grabada y filtrada a los medios de algunos barones socialistas encabezados por la sultana del Guadalquivir «no ha impresionado ni ha hecho mella en el PSIB. Susana no tiene ningún peso en el Archipiélago. Se la considera una secretaria de organización que ha llegado al poder de rebote». El PSIB defiende el federalismo asimétrico como fórmula más inteligente «para crear riqueza y trabajo para todos». Esta apuesta pone de los nervios a la sultana.

Los presidentes socialistas de Andalucía, Extremadura y La Mancha son los más críticos con Sánchez. Pertenecen a las comunidades más representativas de la España subsidiada que recibe mucho más dinero del que aporta. Es todo lo contrario de las Balears. Y de otras comunidades como la valenciana. De hecho, la revuelta catalana tiene su origen en el déficit fiscal que padece el Principado. Estas comunidades son los más claros ejemplos de la España productiva y, a la vez, exprimida.

«La única carta seria para Sánchez es Podemos, formación con grandes resultados en la periferia, incluidas Euskadi y Catalunya. Sobre la mesa debe poner una idea clara de reforma constitucional capaz de adormecer con inteligencia la obsesión independentista catalana. Es indudable que Esquerra y Convergència prefieren este Gobierno a uno de concentración con el PP como núcleo central. Lo han pasado muy mal en los últimos años por este motivo dada la cerrazón de Rajoy».

Así las cosas, los podemitas de Palma dan por seguro que el Rey encargará a Pedro Sánchez intentar salir investido como presidente del Gobierno este martes por la noche o el miércoles. Eso es lo que se comentaba este lunes por la mañana en los pasillos del Parlament Balear. Pero el Rey sólo le encargará la investidura a Sánchez si le presenta un proyecto. Y no parece que intentar gobernar en solitario con 90 diputados y pactos puntuales con Ciudadanos por un lado y Podemos por el otro sea una solución lógica.

El PSIB empuja para un pacto Sánchez-Iglesias, o Pedro-Pablo, como ya se le conoce, y apoyo final desde la distancia de los nacionalistas, «sin ningún compromiso preestablecido. Eso, o en mayo otra vez a las urnas». Porque la Gran Coalición PP-C,S-PSOE produce sensación de cólico entre los socialistas mallorquines. Así de claro. En privado lo aseguran: «de auténtico cólico».