Imagen actual de la fachada de la parroquia junto a la del colegio, llamativa por sus colores vivos. | R.M

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«Nos echan de Palma. No nos vamos», asegura enfadado uno de los padres Carmelitas descalzos, que a finales de este mes deberán salir y dejar la parroquia, y con ella, también el barrio de Santa Catalina, en los que llevaban desde principios del siglo XX. La falta de sacerdotes en su comunidad les obliga a decir adiós al barrio, días después de que la orden abandonara Eivissa.

Juana Mari, expresidenta de las fiestas del Carmen en el barrio, pertenece también a los Carmelitas como catequista, y tras 43 años de trabajo con la parroquia, se muestra triste por la noticia: «Estamos todos muy enfadados. No entendemos cómo es que no ha podido venir nadie. Con uno se hubiese acabado el problema». Este año no habrá fiestas. Emocionada, Juana Mari cuenta las actividades que han realizado durante años en el barrio, haciendo que éste se implique: ‘Tramponadas', cenas al aire libre, juegos infantiles... actividades que han creado vínculos vecinales muy fuertes. «Las fiestas empezaban el día 6 de julio y se acababan el 16. Este año sólo se hará la misa y un piscolabis de despedida. Tras tanto esfuerzo, esto ha hecho que no tengamos ganas de más», dice. A dicha misa, que se celebrará el próximo sábado a las ocho de la tarde, asistirá el obispo de Mallorca, quien, según Juana Mari, «dijo que no podía hacer nada, pero que quería venir a despedirles». Desde el obispado lamentan la marcha de los Carmelitas: «Nos sabe muy mal. Se entiende que ahora no hay tanta gente que les siga como antes».

La institución anunció el día tres de junio el relevo en la parroquia, que quedará en manos de sacerdotes Teatinos. El párroco moderador será Lenin Vladimir, quien estará acompañado de dos más. Esta orden ya gestiona el colegio San Cayetano y la parroquia de la Asunción, en Son Espanyolet.