El puerto de Calanova fue inaugurado en 1976 por los reyes de España. Desde entonces, ha sido uno de los enclaves de las vacaciones de la realeza española. A la izquierda, el ingeniero alcudiense Juan José Lemm, responsable del proyecto de modernización de la infraestructura.

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El Port Olímpic Calanova ha finalizado la renovación de sus instalaciones. El proyecto ha corrido a cargo del ingeniero alcudiense Juan José Lemm, responsable de obras como el túnel de Sóller o el puerto del Molinar. La modernización se ha centrado en preservar las aguas de Palma y en reducir el daño que producían las olas a los barcos atracados.

Lemm explica que «se ha reducido el número de amarres, que han pasado de 200 a 172». pero que en cambio han aumentado la eslora permitida para atracar en el puerto, «que ahora puede llegar a albergar barcos de hasta 25 metros, un tamaño importante.»

Uno de los puntos que Lemm más ha cuidado en el proyecto ha sido el medioambiente. Según el ingeniero, el actual diseño de Calanova «asegura de la preservación del mar de Palma». Además, cuenta que «esta medida es especialmente importante en la zona del varadero, donde agentes tóxicos se derraman cada día a pocos centímetros del mar».

Lemm también explica que «se han incorporado farolas de LED en la instalación portuaria, sustituyendo las antiguas farolas halógenas, y se ha mejorado la instalación eléctrica para ampliar el servicio a las embarcaciones».
Con la renovación también se ha corregido otro problema: el muelle de Calanova fue construido abierto hacia el mar. Por esto, el oleaje en ocasiones era violento, y las embarcaciones se golpeaban entre ellas. Lemm cuenta que «resolver ese problema fue el mayor reto».